Kenichi Yamamoto, padre del innovador motor rotativo de Mazda, nos ha dejado a los 95 años

En el año en que se cumple medio siglo del nacimiento del motor rotativo de Mazda, su padre y 'mentor', Kenichi Yamamoto, ha fallecido a la edad de 95 años. El mismo día de Navidad, su familia lo hacía público a la prensa japonesa.

El expresidente de Mazda dirigió el desarrollo del motor rotativo y logró la producción masiva a nivel mundial: desde finales de los años sesenta, la firma de Hiroshima ha fabricado casi dos millones de automóviles con esta tecnología.

Una leyenda de buena fe en Japón

Por casualidades de la vida, un día muy próximo a la fecha de su muerte (20 de diciembre de 2017), Yamamoto dejaba años atrás la presidencia de Mazda Motor Corporation, quien desde sus primeros días dirigió el desarrollo del motor rotativo imaginado por Felix Wankel. Así lo anunciaba el New York Times el 23 de diciembre de 1992.

Yamamoto tenía por entonces 70 años y dejaba atrás tres años de presidencia, de 1984 a 1987, pasando a convertirse en "consejero supremo y asesor principal" de la empresa, pero ya no tendría un asiento en la junta. Norimasa Furuta, por entonces vicepresidente, se convertiría en presidente.

Yamamoto es considerado un héroe en la industria automotriz de Japón, y se le considera el padre del motor rotativo. Aunque fue concebido por el ingeniero alemán Felix Wankel (y patentado en 1929), fue Yamamoto quien lo estudió, desarrolló y alimentó para convertirlo en un producto viable.

Un motor rotativo es más pequeño y ligero que un motor convencional de pistones y tiene una relación superior peso-potencia.

Mazda perfeccionó el motor rotativo y lo usó en su automóvil deportivo RX-7, pero la compañía casi quiebra en el proceso. En 1991, un automóvil Mazda propulsado por un motor rotativo se convirtió en el primer automóvil japonés en ganar la carrera de resistencia de 24 horas de Le Mans: el 787B.

Mazda 787B en las 24 Horas de Le Mans de 1991

En la década de 1980, como jefe de investigación y luego como presidente, Yamamoto dirigió el desarrollo del Miata, que se convirtió en un gran éxito.

Entrenador del equipo '47 Ronin'

Yamamoto nació en la prefectura de Kumamoto en 1922 y se graduaba como ingeniero mecánico en 1944 en la Univerisdad Imperial de la misma ciudad. En 1945, fue reclutado para la Armada japonesa, pero regresó a su ciudad natal de Hiroshima después de que fuera devastada por la bomba atómica.

Se encontró con una ciudad destruida, cuyos descendientes aún sufren las secuelas de la bomba (es aquí donde entra en juego la superstición). Encontró trabajo en la fábrica de transmisión de Toyo Kogyo, matriz de Mazda, asumiendo tareas muy lejanas a la ingeniería, pero a los 25 años, su tenacidad le llevaría a diseñar el primer motor OHV de Mazda.

En 1959, Yamamoto se convirtió en subdirector de la división de diseño de motores y vehículos y Tsuneji Matsuda, presidente de Toyo Kogyo, llegó a confiarle la tarea de desarrollar el motor rotativo como un camino para asegurar el futuro de Mazda. Toyo Kogyo lanzó su primer automóvil real, el Mazda R360 en 1960.

En 1963, se le encomendó dirigir un equipo para perfeccionar un motor inestable desarrollado por el Dr. Felix Wankel en Alemania: 47 ingenieros, diseñadores y científicos de materiales, que llegaron a ser conocidos como los '47 Ronin' en honor al samurai de la leyenda japonesa.

El 30 de mayo de 1967, el fabricante japonés lanzaba el Cosmo Sport, conocido fuera de su mercado local como Mazda 110S, un tipo de propulsor que por entonces se veía como uno de los avances más importantes del mundo del automóvil por su suavidad, su ligereza y su compacto tamaño con respecto a los motores convencionales.

A lo largo de los años, Mazda es el único que no se ha rendido ante el problema de lo que la propia firma denomina los "zarpazos del diablo", unos arañazos en la cara interna de la cámara del motor, producidos por las juntas de los vértices del rotor triangular. Los ingenieros de Mazda, con Kenichi Yamamoto a la cabeza, resolvieron el problema fabricando las juntas con una aleación de grafito y aluminio.

Hoy en día, la firma de Hiroshima no ofrece automóviles con motor rotativo, pero el espíritu de Yamamoto aún perdura en el revolucionado Skyactiv-X, que combina las ventajas de las unidades diésel y de gasolina, empleando un método de combustión totalmente nuevo.

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