Hace unas semanas, Europa impuso aranceles de hasta el 37,6% a los coches chinos que se vendan en nuestro mercado para intentar frenar los pies a los fabricantes del país asiático.
A China no le ha sentado bien y ha amenazado con tomar represalias, pero todavía no ha hecho efectiva ninguna medida para vengarse. Lo que sí ha hecho es llevar estos aranceles a la Organización Mundial del Consumo por considerar que son ilegales.
"Instamos a la UE a corregir inmediatamente su mala conducta”
China está demostrando ser un auténtico lobo en el mundo de los negocios. Lo está haciendo con todo tipo de industrias y entre ellas está la del automóvil. El país asiático cada vez es más fuerte en este sector y en cuestión de unos pocos años ha conseguido pasar de ser una amenaza prácticamente inofensiva a un verdadero peligro para la industria del automóvil occidental.
Por eso, buena parte de occidente está tratando de parar los pies al lobo chino. ¿Cómo? Con aranceles a sus coches y a las piezas que se fabrican en el país asiático. Estados Unidos se lo está tomando más en serio que nadie y ya ha puesto aranceles del 100% al precio de los coches chinos, pero Europa no quiere quedarse atrás y también ha decidido gravar más fuerte a estos automóviles, en este caso con aranceles de hasta el 37,6%.
En plena expansión del coche chino en Europa, a China no le ha sentado bien la decisión de Bruselas, incluso ha amenazado con iniciar una guerra comercial si no se eliminan, pero Europa no se ha amedrentado y se ha mantenido firme, por lo que los coches que se fabrican en China y se venden en Europa ya tienen una carga impositiva extra.
De momento, no ha dado tiempo a comprobar si esta decisión frena a China, pero todo apunta a que no va a servir de mucho porque tienen margen de sobra para seguir sacando beneficios. Sea como sea, China sigue empeñada en que Europa elimine estos aranceles.
Su último intento para conseguirlo pasa por llevar estos impuestos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Parece una paradoja que China recurra a este organismo porque el país asiático no se caracteriza por ser el más transparente del mundo con sus negocios, pero el Ministerio de Comercio de China ha recurrido a este organismo para defender sus intereses comerciales.
El propio Ministerio de Comercio Chino ha hecho un comunicado confirmado que el día 9 de agosto ha llevado el caso de los aranceles de Europa ante la OMC. En ese comunicado, el Ministerio señala que lo ha hecho para salvaguardar los derechos e intereses de desarrollo de la industria de los vehículos eléctricos.
"La sentencia en la conclusión provisional de la UE carece de fundamento fáctico y legal. Violó gravemente las normas de la OMC y socavó la cooperación global para hacer frente al cambio climático", ha declarado un portavoz de Pekín al medio Automotive News.
"Instamos a la UE a corregir inmediatamente su mala conducta y, juntos, salvaguardar la cooperación económica y comercial entre China y la UE, así como la estabilidad de la cadena de suministro de vehículos eléctricos", añadió el portavoz.
De momento, Europa no se ha pronunciado sobre el último movimiento de Pekin en lo que ya puede considerarse una guerra comercial en toda regla. China tampoco ha tomado represalias contra Europa, a pesar de que amenazó con tomar medidas contra los agricultores europeos, los fabricantes de aviones europeos y la industria de bebidas alcohólicas francesa.