Sabemos que Goodyear quiere aplicar la inteligencia artificial a su neumático esférico Goodyear Eagle-360 Urban, "capaz de sentir, decidir, transformarse e interactuar"... Casi nada. Pero para llegar hasta aquí, la multinacional fundada en 1898 por Frank Seiberling ha tenido que recorrer un largo camino.
Un 2 de enero de 1839, Charles Goodyear descubrió accidentalmente un nuevo material: el caucho vulcanizado, gracias al cual se fabrican hoy en día multitud de objetos, entre los que destacan nuestros protagonistas de hoy, los neumáticos. Se dice que Goodyear descubrió el nuevo material al volcar un recipiente de azufre y caucho encima de una estufa, aunque hace 3.000 años, la cultura olmeca ya lo utilizaba.
Iniciador de una nueva era industrial
Mucho antes de que la famosa multinacional de neumáticos fuera creada, el que se convertiría en un tenaz hombre llamado Charles Goodyear nació un 29 de diciembre de 1800 en la pequeña ciudad de New Haven, en Connecticut (Estados Unidos).
Sin formación académica, se asoció con su padre a los 21 años en un negocio de maquinaria que no prosperó, y tomó la determinación de conseguir que el caucho o hule natural se convirtiera en un material de provecho, que no se deformara con el calor ni se volviera quebradizo con el frío.
Hubo varios intentos al tratar la goma con óxido nítrico, pero su proyecto fracasó por la crisis económica de 1837. Dos años después, volcaría de forma accidental un recipiente de caucho y azufre encima de una estufa, lo que provocó que la mezcla se endureciera y se volviera impermeable. Bautizó el proceso como vulcanización, en honor al dios romano del fuego, Vulcano.
Le concedieron su primera patente en 1844 pero tuvo que luchar numerosas veces en la corte; la victoria decisiva no llegó hasta 1852. Ese año se fue a Inglaterra, donde los artículos hechos bajo sus patentes se habían exhibido en la Exposición Internacional de 1851; mientras que allí intentó sin éxito establecer fábricas.
Mientras tanto, Thomas Hancock (1786-1865), un científico e ingeniero británico, patentó el proceso en Reino Unido el 21 de noviembre de 1843, ocho semanas antes que Goodyear depositara su propia patente.
Goodyear también perdió sus derechos de patente allí y en Francia debido a problemas técnicos y legales, donde una empresa que fabricaba caucho vulcanizado a través de su proceso fracasó.
Mientras tanto, en los Estados Unidos, sus patentes continuaron siendo infringidas. Aunque su invención hizo que otras empresas ganaran millones a su costa, cuando Goodyear falleció el 1 de julio de 1860, dejó deudas de alrededor de 200.000 dólares. Escribió un relato de su descubrimiento titulado Gum-Elastic and Its Varieties (2 volúmenes, 1853-55). Un exhaustivo manual autobiográfico acerca de los variados usos de su descubrimiento y de cómo aplicar su proceso de fabricación.
38 años después de su muerte, se fundaría The Goodyear Tire & Rubber Company, con reservas acerca de si realmente vendió su patente al fundador de la compañía, Frank Seiberling, que no tenía relación alguna con Goodyear o su familia.
El proceso de vulcanización del caucho
El caucho es un polímero plástico que surge de una emulsión lechosa, conocida como látex, en la salvia de las plantas, aunque actualmente más de la mitad del caucho usado es sintético. La vulcanización del caucho es un proceso irreversible mediante el cual se calienta el caucho crudo junto al azufre con el fin de volverlo más duro y resistente al frío, tal y como comprobó Goodyear en 1839.
Durante la vulcanización, los polímeros lineales paralelos cercanos constituyen puentes de entrecruzamiento entre sí. El resultado final es que las moléculas elásticas de caucho quedan unidas entre sí a una mayor o menor extensión, lo que forma un caucho más estable, duro, más resistente al ataque químico y sin perder la elasticidad natural. También transforma la superficie pegajosa del material en una superficie suave que no se adhiere al metal o a los sustratos plásticos.
Normalmente, el entrecruzamiento químico es realizado con azufre, pero existen otras tecnologías como los sistemas basados en peróxidos orgánicos, policloropreno o vulcanización de siliconas. Se suelen usar combinadamente con agentes aceleradores y retardadores.
El método más extendido utiliza altas presiones y temperatura: alrededor de 10 minutos a 170°C. Este tipo de vulcanización utiliza el denominado moldeo por compresión; el artículo de goma es forzado a adoptar la forma del molde.
Hoy en día vivimos una revolución en el sistema de transporte que trae consigo el fin del aire en los neumáticos: los fabricantes quieren que sean inteligentes, con presión y anchura variables, de materiales que no podríamos haber imaginado hace unos años (como los de la NASA, hecho de malla de metal), y que difícilmente podría haber imaginado Charles Goodyear hace dos siglos.