Si hablamos de hacer trampas y emisiones, inevitablemente te vendrá a la cabeza el “Dieselgate” de Volkswagen. Ha sido el escándalo de emisiones más grande de la historia y, por lo tanto, el más famoso, pero el gigante alemán no es el único que ha trampeado emisiones: Stellantis también lo hizo.
Hace unos días, la California Air Resources Board (CARB), es decir, la junta de Recursos del Aire de California, Estados Unidos, anunció que ha llegado a un acuerdo de conciliación con FCA US LLC (ahora Stellantis tras la fusión de FCA y PSA) por “violaciones a las normas de calidad del aire de la CARB”.
California ha pillado varias veces a FCA haciendo trampas con las emisiones
En California (Estados Unidos) se toman muy en serio todo lo relacionado con el medio ambiente, por eso prestan especial atención a las emisiones de los vehículos que se venden en ese estado, no solo cuando se venden, sino también después con seguimientos continuos.
Gracias a ese trabajo, la CARB descubrió que Stellantis hizo trampas con un dispositivo instalado en los motores diésel 3.0 de cuatro cilindros en línea de origen Iveco que montaba las RAM ProMaster 1500, 2500 y 3500 vendidas entre los años 2014 y 2016, una furgoneta idéntica a las Fiat Ducato, Citroën Jumper, Opel Movano y Peugeot Boxer que se vendían en Europa.
Como parte de su trabajo de seguimiento, la CARB detectó que un dispositivo instalado en este motor eludía el control de emisiones y no cumplía con las normas de emisiones vigentes cuando el motor fue certificado para la venta en California. “Los motores exhibieron un comportamiento de control de emisiones diferente durante la operación en el mundo real en comparación con las pruebas de certificación, lo que resultó en la liberación de casi 55 toneladas de óxidos de nitrógeno en exceso al aire”.
La CARB lo denunció y ahora ha llegado a un acuerdo de conciliación con Stellantis para poner fin al asunto. Como parte del acuerdo, Stellantis debe pagar 4.185.820 dólares (algo más de 4 millones de euros al cambio actual) por violaciones a las normas de calidad del aire de la CARB.
De ese dinero, 2 millones de dólares son en concepto de multa civil que se destinará al Fondo de Cotrol de la Contaminación del Aire de la CARB. El dinero restante, es decir, 2.092.910 dólares, servirán para financiar un Proyecto Ambiental Suplementario a través del Distrito de Control de la Contaminación del Aire del Condado de Ventura; este proyecto tratará de reducir la velocidad de los buques de carga oceánicos en ciertas áreas durante las temporadas pico de ballenas y ozono “para brindar beneficios para la vida silvestre y la calidad del aire”.
Además de la multa, Stellantis se ha comprometido a llamar a revisión a los vehículos para modificar el sistema de control de emisiones y conseguir que cumpla con las normas de emisiones de vehículos estatales.
“Las sólidas pruebas de cumplimiento de CARB garantizan que los fabricantes de automóviles vendan los mismos vehículos que recibieron la certificación para su venta en California, sin modificaciones realizadas para eludir las regulaciones del estado y liberar emisiones excesivas que dañan la calidad del aire y la salud pública”, ha dicho el Dr. Steven Cliff, director ejecutivo de la CARB.
El organismo californiano recuerda que no es la primera vez que Stellantis (o FCA, antes de formarse Stellantis), hace trampas en materia de emisiones. La CARB asegura que en 2022 llegó a un acuerdo con FCA por acusaciones similares, en ese caso, con motores de gasolina. En 2019, la CARB también llegó a un acuerdo con FCA porque la empresa italoamericana violó las leyes ambientales y de protección al consumidor con un “software de dispositivo de desactivación” que conseguía eludir las pruebas de emisiones en más de 100.000 vehículos en Estados Unidos.