¿Siguen los EE.UU. siendo el motor industrial que fue antaño?
La quinta generación de Subaru Impreza se une a los Legacy y Outback en la factoría que la marca tiene en Lafayette (Indiana), Estados Unidos. Es la primera vez que el Subaru Impreza, uno de los modelos más icónicos e importantes de la marca, se fabrica fuera de Japón.
El primer Subaru Impreza estadounidense salió de fábrica el pasado 1 de noviembre. Para Fuji Heavy Industries Ltd. (la casa madre de Subaru), la decisión de mover le producción del Impreza norteamericano a suelo estadounidense refleja el crecimiento continuo en los últimos ocho años de la marca en ese mercado. Esta noticia nos hizo reflexionar sobre la evolución de la industria del automóvil en Estados Unidos. ¿Sigue siendo el motor industrial que fue antaño?
Una industria floresciente
Hoy ya nos hemos acostumbrado a que marcas no estadounidenses fabriquen allí modelos para el mercado local e incluso para la exportación. Los 'big three' de Detroit siguen siendo grupos con los que hay que contar, pero ya no son lo que eran. General Motors es el tercer fabricante mundial con 9,8 millones de coches fabricados en 2015 (Toyota es primera con más de 10 millones de unidades seguida por el grupo Volkswagen con 9,9 millones de coches). Ford sigue estando en el Top 10 y Chrysler fue comprada por Fiat. La evolución es indudable.
En 1960, se fabricaban en Estados Unidos 6,7 millones de coches, mientras que el mercado local era de unos 6 millones de automóviles. El crecimiento en los años 60 es imparable y en 1965 Estados Unidos fabrica más de 11 millones de coches. A partir de 1970, las cifras de producción caen hasta los 8 millones de coches en 1980. Es un periodo de incertidumbre (con dos crisis del petróleo) y la producción sube tan rápido como cae, la producción se mueve entre los 8 y los 9 millones, con algún repunte puntual por encima de los 10 millones.
No es hasta 1993 que la producción es estabiliza en la zona de los 12 millones de coches al año hasta 2008. Ese año empieza la caída, con la torta monumental de 2009 con apenas algo de más 5 millones de coches vendidos. No fue a partir de 2009 que se volvió a superar la cifra de 10 millones de coches.
Reajustes constantes
Desde la década de 1950 son más de 40 factorías de automóviles las que cerraron en Estados Unidos. Sería erróneo pensar que todo se debe a la caída del mercado. Todo ello es fruto tanto de la mejora de los métodos de producción y de la productividad, como de los reajustes estructurales que ha sufrido la industria del automóvil estadounidense. De hecho, en la actualidad hay 45 factorías produciendo más de 10 millones de automóviles al año. De éstas, 18 son de marcas asiáticas o europeas. Producen para el mercado local (Estados Unidos, México y Canadá), pero también para la exportación. La planta de norteamericana de BMW, por ejemplo, fabrica en exclusiva los BMW X (X3, X4, X5 y X6).
Estados Unidos no ha perdido su capacidad productiva. Como mercado, sigue siendo uno de los más importantes del mundo. Aunque es evidente que las marcas estadounidenses han perdido terreno. En 2014, el mayor productor de automóviles de Estados Unidos no fue ni GM (1.105.187 coches) ni Ford (776.052, sino Nissan con 1.139.299 unidades. En el Top 5 de los fabricantes en suelo estadounidense hay 3 grupos japoneses. Nissan posee incluso en Smyrna (Tennessee) la fábrica de automóviles más grande del país con una capacidad de 640.000 coches al año que da trabajo directo a 8.000 personas.
El país del sol naciente se despierta
Los cambios en la industria del automóvil Estados Unidos van en paralelo a los de Japón. En 1960, en Japón se fabricaron poco más de 165.000 coches en un mercado donde se vendieron entonces algo más de 145.000 turismos. Diez años más tarde, ya eran más de tres millones, en un mercado de 2,3 millones de coches. Avanzamos otros diez años y en 1980 ya eran más de siete millones los automóviles fabricados en Japón.
Tan sólo ocho años después, Japón estaba al nivel de Estados Unidos con casi 8,2 millones de coches. Desde entonces siempre se ha mantenido por encima de los 8 millones, con años de casi 10 millones de turismos, cuando el mercado nipón absorbía una media de 4,5 millones de coches. Sólo en 2015 ha vuelto a bajar de los 8 millones de coches producidos y su mercado a 4,2 millones de automóviles. Casi la mitad de la producción es exportada, en 2015 fueron casi medio millón de coches hacia Europa y 1,5 millones hacia Estados Unidos.
A diferencia de Estados Unidos, las importaciones de coches son mínimas en Japón. En 2015, fueron algo más de 320.295 los coches importados en el archipiélago nipón. Las razones de esa diferencia no son sólo de tipo administrativas (aranceles, etc) sino sobre todo culturales. El cliente nipón, salvo en coches de gran lujo, es muy fiel a las marcas locales.
Cambian los actores, pero no la obra
Así, Estados Unidos se ha convertido en un caso único. Antaño era el motor de la industria, su mercado el más importante del mundo y su industria del automóvil el ejemplo que Europa y Japón querían seguir. Hoy, a pesar de unas marcas locales que han visto su liderazgo esfumarse han acogido con los brazos abiertos las marcas asiáticas y europeas dispuestas a fabricar en suelo estadounidense.
Sin duda se fabrican más Nissan o Toyota en suelo estadounidense que Chevrolet o Ford, pero el nivel de producción del conjunto de la industria local no ha dejado de crecer desde los años 60, mientras que las marcas autóctonas fueron perdiendo peso. Entonces sí, los Estados Unidos siguen siendo uno de los motores de la industria del automóvil (compartiendo protagonismo con Asia), tanto que Subaru no ha dudado en fabricar su exitoso Impreza en Indiana. La marca de Fuji Heavy Industries Ltd es la última en mover ficha, veremos quién le sigue.
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