Elon Musk presume (y mucho) de su imperio de empresas tecnológicas disruptivas: coches eléctricos, cohetes espaciales para la colonización de Marte, implantes cerebrales, androides inteligentes... Lo hace habitualmente en la red social de la que es propietario: Twitter, ahora X por obra y gracia suya. Pero las empresas del sudafricano, o más concretamente su gestión, no brilla tanto.
Reuters ha sacado a relucir vergüenzas de Tesla, SpaceX o Neuralink, entrando en juego derechos fundamentales, en una serie de reportajes de investigación publicados el año pasado. Artículos que han tenido premio: la agencia de noticias acaba de ganar el Pulitzer gracias a ellos. Musk señaló algunos de estos reportajes como fake news.
"La tradición periodística miente como respira. Reuters es el peor en este momento"
'The Musk Industrial Complex' es el serial de reportajes de Reuters que se ha llevado el Pulitzer a mejor Reportaje Nacional. Estos premios, recordemos, son estadounidenses y se entregan en la Universidad de Columbia: ayer lunes 6 de mayo fue la ceremonia de la última edición.
Reuters ha compartido el galardón con The Washington Post por una investigación sobre el rifle semiautomático AR-15, utilizado a menudo en los tiroteos masivos estadounidenses. Seis reportajes de investigación componen esta premiada serie, que señala directamente a las empresas de Musk y sus prácticas abusivas a varias bandas.
El más flagrante el dedicado a SpaceX y sus pésimas condiciones de seguridad: carecer de unas simples correas para transportar un enorme aislamiento al hangar principal le costó la vida a un trabajador de 38 años, que utilizó su cuerpo como peso para asegurarlo. Cumplir con los plazos para no enfadar a los inversores suele primar en las compañías de Musk frente a los trabajadores.
También hay para Neuralink. Otro de estos reportajes saca a la luz el maltrato en los animales usados en los test para los cacareados implantes cerebrales que está desarrollando esta firma de Musk. Y para Tesla: culpar a los clientes de los daños de fábrica de sus automóviles, falsear su autonomía o pasarse de la raya en eso de mantener la privacidad de los dueños de modelos Tesla en los vídeos que registran las cámaras que equipan.
Varios de estos reportajes de Reuters, por cierto, abrieron la puerta a que las autoridades investigaran estas compañías. No en vano lo descrito en estos artículos atenta directamente contra regulaciones, derechos laborales o derechos de los consumidores.
¿Libertad de expresión? Depende. Musk ha acusado a Reuters de mentir sistemáticamente cada vez que sale con un reportaje de este tipo. Aunque incluso lo hace con temas menores que no afectan a la integridad de personas o animales: como el anunciado Tesla de los 25.000 euros que amenaza con no ver la luz.
"La tradición periodística miente como respira. Reuters es el peor en este momento", comentaba Musk en un tuit. Lo hacía mencionando a una cuenta fan de propietarios de Tesla, que alertaba de una campaña de acoso y derribo a Musk por parte de la prensa.
El magnate sudafricano también utiliza a Tesla para los desmentidos. El artículo de Reuters que destapó que Tesla era consciente de los defectos de fábrica de no pocas unidades recién estrenadas, pero que intentó culpar a los dueños por mal uso para no tener que cubrir la garantía es un buen ejemplo:
Musk ha defendido no pocas veces la libertad de expresión, erigiéndose como su adalid. Por eso se hizo dueño y señor de Twitter: para acabar con la cultura de cancelación y censura que campaba a sus anchas, en su opinión, en la red social del pajarito.
También aprovecha la legión de fans que tiene, lo que incluye máximos responsables de medios digitales, para señalar como fake news estos reportajes, cuando su buena labor periodística es evidente. Tanto como para que el jurado del Pulizter los premie con el galardón más respetado del periodismo. O como para que la administración tome cartas en el asunto.