Ghosn trabajó 18 años en Michelin, luego se le encargó recuperar a Nissan de una gran crisis en 1999. Comenzó con unas medidas de ajustes muy duras, como despidos masivos, pero llevó a la empresa japonesa a la rentabilidad de nuevo. Posteriormente también se hizo cargo de Renault, y con buenos resultados.
La reputación de Ghosn como directivo le precede, es un hombre sensato y con visión de futuro. Su grupo ahora está metido, entre otras cosas, en el desafío de lanzar al mercado coches eléctricos "reales" y está logrando apoyos importantísimos de diversos países. Si él lo tiene tan claro, es porque tiene futuro.