Pruebas Gremlin, o cómo hay trabajadores de Ford en Valencia que trolean a sus máquinas por orden del jefe

El control de calidad es una fase de la fabricación de coches que resulta crítica para cualquier marca. De su funcionamiento puede depender, en buena manera, que el comprador de un coche tenga o no dolores de cabeza por culpa de su adquisición. En el caso de la planta de Ford en Almussafes (Valencia), llama la atención un sistema que utilizan para verificar que las máquinas hacen bien su trabajo.

Ford utiliza una tecnología fotográfica que registra, comprueba y localiza todas las piezas del vehículo. Y, para poner a prueba su labor, hay trabajadores que tienen por misión "colocar en secreto piezas equivocadas y defectuosas en la línea de montaje", según explican los responsables de la marca del óvalo azul. El sueño húmedo de cualquier ludita. Y encima, cobrando.

Vigilando la cámara que todo lo vigila

El Sistema de Visión de Ford en Valencia se compone de un complejo sistema de fotografía que toma más de mil millones de imágenes cada quince días, el equivalente al número de contenidos visuales que se comparten en Instagram en toda Europa durante el mismo periodo.

Este sistema de fotografía total ayuda a generar una imagen compuesta, formada por 3.150 imágenes que destacan cualquier discrepancia a los ingenieros de la marca.

Lógicamente este sistema puede tener sus fallos. Y ahí es donde entra, para bien, el factor humano. Volantes incompletos y piezas de motor con fallos son los ingredientes con los que estos trolls de la planta valenciana aderezan los coches que se montan allí. Denominan esta práctica pruebas Gremlin, y se lo toman como un juego, pero como un juego muy serio.

Las pruebas Gremlin se utilizan en las 34 fases de montaje de Ford, y ahora mismo la marca evalúa el sistema de control para generalizarlo en toda la planta. Este movimiento recuerda en parte a la decisión que tomó Toyota en 2014 para promover un mayor control de los trabajadores sobre los sistemas automatizados, con el objetivo de reducir problemas de calidad.

Teniendo en cuenta que Almussafes produce actualmente Kuga, Kuga Vignale, Mondeo, Mondeo Vignale, Galaxy, S-MAX, Transit Connect y Tourneo Connect, además de los motores EcoBoost 2.0 o 2.3, es posible que, cuando lleguen al mercado, una buena parte de esos productos hayan sido troleados en algún momento por algún trabajador de Almussafes. Por mandato de la empresa, eso sí.

Entre los sistemas que utiliza la planta de Valencia, está el uso de micrófonos ultrasensibles, que comprueban que los conectores de los motores hayan sido bien instalados; escuchadores de motores, que comprueban su funcionamiento; plumas de emú, que quitan el polvo a los coches antes de pintarlos; una cámara digital especial que identifica defectos de pintura en el chasis; pruebas y más pruebas. Y ahora, además, gente que le busca las cosquillas a las máquinas. Curioso, como mínimo.

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