La dependencia del gas y del petróleo ruso por parte de Occidente es uno de esos puntos calientes que hasta hace poco ninguna nación se ha atrevido a tocar.
Ahora, por lo evidente que resulta que congelar los activos de los oligarcas rusos no es suficiente para disminuir la financiación de la invasión rusa en Ucrania, se ha puesto sobre la mesa prohibir las importaciones de petróleo y gas procedentes de Rusia. Esto ha empujado el precio del barril de Brent a los 139 dólares.
EEUU, Japón y la UE se posicionan en un mismo frente
Ayer, el secretario de estado de los EEUU, Antony Blinken, dijo que están involucrados junto a sus aliados europeos en una "discusión muy activa" sobre la prohibición de la importación de petróleo y gas natural rusos en una nueva escalada de sanciones en represalia por su invasión de Ucrania.
A estas conversaciones se ha unido recientemente Japón, que, al igual que el bloque europeo, depende en gran medida de los recursos energéticos de Rusia -es su quinto mayor proveedor de crudo-.
Alrededor del 60 % de las exportaciones de petróleo de Rusia van a Europa.
El principal afectado de un bloqueo de recursos energéticos procedentes de Rusia será el consumidor, que ya soporta la subida indiscriminada de la luz y el combustible incluso desde antes de que Vladimir Putin hiciera efectiva su amenaza de invadir -de nuevo- Ucrania.
El precio de los futuros del Barril de Brent ha llegado a rozar los 140 dólares al comienzo de la negociación del lunes; una cifra que no veíamos desde la crisis de 2008. El crudo West Texas Intermediate sigue la misma estela y ha superado los 126 dólares por barril.
En España, el precio del litro de gasolina sin plomo 95 enfila los dos euros, y gasóleo 1,62 euros de media. Pero ojo, los precios de los combustibles llevan en acenso desde noviembre de 2020. El conflicto entre Rusia y Ucrania ha sido la gota que la desbordado el vaso.
Para hacernos una idea, por cada 50 euros de combustible, pagamos 18 euros por la materia prima, 25 euros en impuestos (que no han variado), 6 euros por coste de logística y comercialización y un euro del margen bruto para el mayorista. Claro que las comercializadoras pueden jugar con ese margen.
Ni los 60 millones de barriles que ha prometido liberar la IEA ni la probable entrada de crudo iraní servirán para relajar los precios si los países productores de la OPEP+ no aumentan la producción.
Los analistas del Bank of America pronostican que si la mayoría de las exportaciones de petróleo de Rusia se interrumpen, podría haber un déficit de cinco millones de barriles o más, y eso significa que los precios del petróleo podrían duplicarse hasta los 200 dólares por barril.
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