El Ministerio de Transición Ecológica ha puesto en marcha un nuevo programa de ayudas a proyectos de desarrollo tecnológico y desarrollos experimentales en materia de movilidad: el Plan MOVES Proyectos Singulares, que está dotado con 15 millones de euros y que es compatibls con el resto de ayudas a la compra de coches eléctricos e instalación de puntos de recarga.
Las solicitudes pueden cursarse desde el día 24 de septiembre de 2019 y se ejecutarán en un plazo máximo de 18 meses.
¿En qué consiste este plan?
Se trata de la segunda parte del Plan MOVES de ayuda a la compra de coches eléctricos y alternativos, y del que aún quedan fondos en algunas comunidades como es el caso de Madrid. Está destinado a apoyar proyectos innovadores que presenten alternativas para dar con un modelo de movilidad sostenible, tales como:
- Promoción de la movilidad peatonal.
- Nueva Política de aparcamiento.
- Promoción y actuaciones en transporte público.
- Promoción del uso compartido del coche.
- Reordenación y Diseño Urbano.
- Actuaciones para promover la movilidad sostenible de última milla.
- Campañas de concienciación en movilidad sostenible.
- Proyectos de desarrollo tecnológico y desarrollos experimentales (proyectos piloto, prototipos, productos o servicios nuevos o mejorados).
Se pretende así mejorar, investigar y analizar diversas opciones tecnológicas en la gestión de la movilidad, tanto en ámbito urbano como metropolitano, que fomenten la utilización del coche eléctrico para impulsar la sostenibilidad, el ahorro energético y la diversificación de las fuentes energéticas en el sector del transporte, de acuerdo a la resolución.
Esto también incluye proyectos relacionados con la integración de infraestructura de recarga avanzada, redes inteligentes, aplicaciones de nuevos desarrollos de baterías y almacenamiento eléctrico y el desarrollo de prototipos de nuevos vehículos eléctricos.
¿Quiénes pueden acceder al plan?
Básicamente, la persona jurídica que realice una inversión mínima de 100.000 euros, como diputaciones, cabildos insulares, Ayuntamientos, la Administración Autonómica, empresas públicas o privadas, universidades o centros de investigación.
Una buena oportunidad para atacar uno de los puntos débiles a los que se enfrenta España (y Europa) en materia de electromovilidad: llevar los conceptos y los prototipos a la industrialización, como ocurre con las baterías de estado sólido.
