En febrero, tras someter a consulta ciudadana cómo debería ser la transformación de Plaza de España de Madrid, los votantes eligieron un idílico proyecto en el que el centro de la ciudad se convertía en un espacio verde para el uso y disfrute de los viandantes y ciclistas. Parece que las obras de este proyecto llamado 'Welcome Mother Nature' se van a solapar con otras.
Y es que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha adelantado el futuro proyecto de remodelación de la Gran Vía, la principal arteria de la ciudad, y cuyas obras se pondrán en marcha en enero de 2018. ¿Qué implica? Básicamente un sistema de movilidad en el que la circulación se adapta a la bicicleta y a los peatones y no al tráfico rodado, y que se une a la prohibición de circulación a partir de 2025 de vehículos diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores a 2000.
Una peatonalización parcial: menos tráfico, más viandantes y ciclistas
Desde hace unos años ya no sorprende encontrar a ciclistas y viandantes portando las indiscretas mascarillas por el centro de Madrid, más propias de países asiáticos que europeos. Y si vas con asiduidad por la Gran Vía, es probable que percibas (o no) un cierto sentido de hostilidad: una selva de asfalto rodeada de un tráfico incesante, ruido en ocasiones ensordecedor, atmósfera asfixiante y aglomeraciones en las aceras. Y en navidad ni la pises.
La propuesta que plantea el Ayuntamiento de Madrid, y que parece que finalmente se hará efectiva, convertirá la Gran Vía en un lugar mejor para los viandantes y los ciclistas, y más complicado para los vehículos privados. En el tramo de la Gran Vía entre la plaza de Cibeles y la de Callao, la bicicleta convivirá con el resto de los vehículos en los ciclocarriles 30, quedando la calzada dividida en cuatro carriles.
En el tramo entre la plaza de España y la de Callao, los ciclistas contarán, en sentido subida, con un carril bici independiente del resto de los vehículos, dada la pendiente de la calle. Este tramo quedará por lo tanto con cinco carriles ya que en sentido bajada hacia plaza de España, las bicicletas compartirán calzada con otros vehículos. Además se crearán 32 nuevos kilómetros de itinerarios ciclistas.
Dato importante: se cerrará la vía al tráfico de los no residentes. Esto significa que sólo podrán circular por su interior los vecinos y trabajadores de los barrios de este distrito, además de aquellos que se dirijan a un aparcamiento público o un hotel, los vehículos de emergencia o las furgonetas comerciales en los horarios establecidos para la carga y descarga.
Asimismo, se reducirán los carriles destinados a los vehículos privados, se ampliarán las aceras, se potenciará la vegetación y se procederá a la reordenación de los carriles para autobuses y taxis, así como las áreas para carga y descarga, residentes y acceso a los aparcamientos de la zona.
Esta remodelación se une al hecho de que a partir de 2025 los vehículos diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores a 2000 tendrán prohibida la circulación por la almendra central. La medida se enmarca dentro del Plan de Calidad del Aire del Ayuntamiento, llamado Plan A de Madrid ("A de aire y porque no hay plan B posible").
Tal y como ha indicado Carmena, las obras de remodelación empezarán en enero de 2018 y su duración prevista será de ocho meses, de forma que en el próximo otoño ya podremos ver el lavado de cara de la emblemática Gran Vía de Madrid.
Otros proyectos que hay en marcha en la capital incluyen la remodelación de las seis plazas del entorno de Gran Vía y una muy sonada: la reforma del Santiago Bernabéu, que previsiblemente comenzará este año. La modernización del estadio incluye la instalación de una cubierta retráctil sobre el terreno de juego.
Vía | El País
Foto | Ayuntamiento de Madrid
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