Confirmado: la patronal europea de los coches pide a Bruselas que se retrase dos años la reducción de emisiones

De propuesta a petición formal: la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) solicita al gobierno de la UE que se retrase el nuevo límite de emisiones medias que deberán cumplir las marcas de coches en Europa a partir de 2025.

Esto podría retrasar el calendario previsto de reducción de emisiones, incluyendo la prohibición total a los coches nuevos de gasolina desde 2035.

Cada vez se venden menos eléctricos y las marcas no van poder cumplir los nuevos límites

A partir de 2025, las emisiones medias de los coches que comercializan las marcas en Europa no podrán superar los 93,6 g/km de CO₂ y las furgonetas los 153,9 g/km. Pero desde la patronal de fabricantes consideran que estos límites impuestos no se adaptan a la realidad de la industria ni tampoco a los usuarios.

Así, desde ACEA pide a la UE que "presenten medidas de alivio urgentes antes de que entren en vigor los nuevos objetivos de CO₂ para coches y furgonetas en 2025". A efectos, que se retrase su aplicación. Si bien no indican cuánto, sí lo hacían en el borrador de esta propuesta: solicitaban dos años de margen, es decir hasta 2027.

Los nuevos límites no se ajustan a la realidad. Los fabricantes esgrimen varios argumentos. Primero que las ventas de eléctricos llevan tiempo estancadas o incluso van en retroceso: en agosto la cuota de los eléctricos puros se fijó en un 14,4 % en comparación al 21 % del año pasado. En lo que llevamos de 2024 representan el 12,6 % de las ventas, frente al 13,9 % de 2023.

Este lento despegue, consideran, se debe a una infraestructura de carga aún deficitaria o las pobres políticas de incentivos, que no acaban de impulsar realmente a los compradores a cambiarse a un coche eléctrico o a un híbrido enchufable. Algo que no va a cambiar a cuatro meses vista.

A esto se suma la feroz competencia de los coches eléctricos llegados desde China, de precios más ajustados. Aunque de momento en Europa, esta amenaza a las firmas tradicionales no es tan real como promulgan.

Sea como fuere, las marcas ven imposible ajustarse a esta nueva media de emisiones y tendrán que asumir multas millonarias. Lo que a su vez, señalan, les obligará a reducir inversiones en esta transición eléctrica, así como a asumir recortes de producción o de empleo.

Un ejemplo lo encontramos en la compleja situación de Volkswagen: la baja demanda de sus eléctricos y una pésima estrategia con los cero emisiones les está llevando a plantearse el cierre de fábricas en Europa, algo impensable hace años. Miles de empleos penden de un hilo, ante la reducción de beneficios y la necesidad de recortar gastos. Junto a Ford, es la firma que más complicado tiene ajustarse al nuevo límite de emisiones, según el último informe de Transport & Environment (T&E).

Hay que recordar que ACEA representa a firmas como la del Grupo Volkswagen, Volvo, Toyota, Renault, Honda, Hyundai y Kia, BMW o Ford. No así las de Stellantis, que dejó de pertenecer a la asociación, y que se ha desmarcado de la propuesta tachándola de "surrealista". En opinión de Carlos Tavares, CEO de Stellantis, sus marcas han hecho los deberes y el resto, no. Aunque por ejemplo Fiat ha tenido que detener la producción del Fiat 500 eléctrico porque apenas se vende.

¿Adiós al veto total a los gasolina en 2035? Si Europa acepta retrasar el límite de emisiones medias, esto supondría un cambio en el resto del calendario pues culmina en los 0 g/km de CO2 para 2035, momento en el que no podrán venderse coches diésel y gasolina nuevos en Europa. La medida se aprobó el año pasado, aunque dejando abierta la puerta a térmicos que funcionen con e-fuels.

Y es que está fijado que la normativa se revise en 2026, por lo que lo ya aprobado podría cambiar y que no se aplicara el veto total. En todo caso ACEA asegura estar abierta al debate con el gobierno comunitario.

No sólo las marcas ven prematuro el veto térmico en 2035, también los países donde es clave la industria del automóvil. Por ejemplo desde Italia se muestran abiertamente contrarios a la medida y ya han instado a "cambiar la prohibición". Sobre ello ha vuelto a insistir la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, tachando la medida de "postura autodestructiva": "Acompañar al sector industrial en el desafío de la transición ecológica no puede significar desmantelar sectores enteros".

Veremos cómo responde el el gobierno comunitario ante la petición de las marcas. Italia, Bulgaria y Rumania se abstuvieron en la votación final de la prohibición de 2035 y sólo Polonia se abstuvo. Alemania, en un principio reacia, acabó por dar el voto a favor por incluirse la excepción de los e-fuels.

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