Fiat-Chrysler Automobiles (FCA) y PSA han anunciado el 30 de octubre que se están llevando a cabo discusiones de cara a una posible fusión. Este proyecto se hace público pocos meses después del fracaso de las negociaciones entre FCA y Renault.
No se trata de un rumor, es ya oficial. Ambos grupos lo han confirmado en un escueto comunicado. FCA, por su parte, “confirma que hay discusiones en marcha para crear uno de los grupos de movilidad más importante del mundo”, mientras que PSA en un comunicado casi idéntico “Groupe PSA confirma que se están desarrollando conversaciones para crear uno de los principales grupos automovilísticos mundiales.”.
El pasado 29 de octubre, una fuente de Reuters había desvelado que FCA y PSA se habían acercado y estaban explorando la posibilidad de una fusión . La unión entre estos dos grupos supondría la creación de un gigante de la industria por valor de 50.000 millones de dólares, según el Wall Street Journal.
La combinación de los dos grupos se convertiría en el cuarto grupo automovilístico mundial (con 8,7 millones de unidades vendidas en 2018), detrás del Volkswagen, la Alianza Renault-Nissan y Toyota. Pero en el mercado europeo, el nuevo dúo vendería casi las mismas unidades que Volkswagen AG, el líder actual del mercado europeo.
Según el diario financiero, John Elkann pasaría a ser el presidente del grupo, mientras que Carlos Tavares sería el director general. La simbólica detrás de estos dos papeles deja ver quién compra quién. Y es que las fusiones suelen una compra encubierta.
Así, Elkann que es presidente de FCA seguiría como presidente del nuevo grupo, pero quien tendría las riendas del grupo sería Carlos Tavares. Es decir, aquí PSA viene a comprar y salvar (al menos esa es la intención) el grupo FCA.
Sin embargo, más allá de las sinergias y economías de escala que la unión de estos grandes grupos puedan generar, no todo es positivo ni la fusión es un camino de rosas. Las dificultades que tiene FCA para cumplir con las normas europeas de reducción de emisiones de CO2 son un lastre para PSA, pero con los coches eléctricos e híbridos enchufables de Peugeot, Citroën, DS y Opel, FCA saldría ganando.
Al mismo tiempo, PSA no esconde que tiene previsto volver al mercado estadounidense a medio plazo. Uniéndose a FCA ese retorno estaría hecho de facto, con Jeep, Dodge y RAM, al mismo tiempo que facilitaría la llegada de productos franceses, como DS o Peugeot.
La incógnita del gobierno francés, accionista de PSA
Por último, el acercamiento entre Fiat-Chrysler y Peugeot no está exento de obstáculos. El estado francés posee el 12% del capital de PSA, al igual que la familia Peugeot y el grupo chino Dongfeng. Y en el anterior intento de fusión de FCA con Renault, una de las razones del fracaso (además de la negativa de Nissan), según FCA, fue la presencia del estado francés en el capital del grupo y el contexto político en Francia.
En esta fusión, existe una cuestión delicada que no gustará al estado francés y podría hacer que esta fusión no se lleve a cabo. Y es que a FCA le sobran fábricas en Europa y en Italia. Así será inevitable que se cierren factorías, la cuestión es cómo se repartirán esos cierres. En el caso de que alguna factoría francesa tuviese que cerrar, es posible que el gobierno de turno se oponga a la fusión.
De hecho, en marzo de 2019, Mike Manley (FCA) y Carlos Tavares (PSA) se reunieron en el Salón del Automóvil de Ginebra, pero, en ese momento, los enfoques de PSA habían enfriado el entusiasmo de FCA. No le gustaron las condiciones establecidas por PSA en la cuestión de la distribución de cierres de plantas entre Francia e Italia. Así, las negociaciones fueron suspendidas, sin ser realmente abandonadas.
Claro que ahora, tras el rechazo de una fusión con FCA por parte de General Motors, del fracaso de la fusión con Renault, a FCA se le están agotando los candidatos con capacidad de fusión. Por lo que finalmente podría acceder y ceder la posición dominante a PSA.
De lo contrario, FCA podría vender una de sus marcas al mejor postor, como ocurrió con Magneti Marrelli. Los siguientes en ese caso podrían ser Alfa Romeo y Maserati que ya están unidas a nivel formal.
Al fin y al cabo, los dirigentes de FCA siempre han mirado más por la familia Agnelli y su holding holandesa Exor NV, con John Elkan al frente, y que controla el 29% de Fiat-Chrysler, que por los interese de FCA.
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