Con la fecha de cierre definitiva aún por determinar, el futuro de los 3.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos que sostiene Nissan Barcelona sigue pendiendo de un hilo mientras se buscan opciones de reindustrializacion.
El Gobierno ya se mostró optimista considerando que aún "hay futuro" para la factoría, pese a que el fabricante desestimó una oferta de 97 millones de euros y una fábrica de baterías. Precisamente la creación de esta última se antoja ahora el proyecto más sólido.
Según ha informado La Vanguardia, el interés proviene de un fabricante sueco de baterías que aún se mantiene en el anonimato pero que está valorando instalarse en Barcelona, si bien aún debe dilucidar si asentarse en la Ciudad Condal o en Marsella (Francia), su otra alternativa.
No obstante, no ha sido el único en llamar a la puerta de Nissan Barcelona ante su situación tan incierta. En el campo de las baterías, también se ha interesado otro productor europeo, especializado sobre todo en autobuses, aunque este proyecto está menos detallado, asegura el citado medio.
De materializarse alguno de ellos, España además daría un paso adelante clave de cara al progreso del coche eléctrico en nuestro país. La producción de baterías es otra de las grandes asignaturas pendientes y, aunque ya se pretende liderar ambiciosos proyectos europeos con el País Vasco como centro neurálgico, queda todavía mucho trabajo por hacer.
Europa en su conjunto también necesita un empujón en un ámbito liderado por Asia y en el que solo el 3% de las baterías se producen actualmente en países europeos, lo que ha llevado ya a la Unión Europea a ponerse las pilas inyectando capital.
Dos fabricantes chinos de coches, en la 'recámara'
Por otra parte, no hay que olvidar que a estos fabricantes europeos de baterías que barajan la posibilidad de aterrizar en Barcelona hay que sumar los contactos que el Ejecutivo mantienen todavía con dos fabricantes de automóviles chinos, aumentando la esperanza de poder mantener a flote a la emblemática planta automovilística.
Las conversaciones se están llevando a cabo en el marco de la Mesa de la Automoción y la Movilidad de Cataluña, que ha impulsado la patronal catalana Foment del Treball, aunque por el momento el hipotético acuerdo se encuentra en una fase embrionaria.
De hecho, Frank Torres, el directivo de Nissan que está negociando el cierre, aseguró recientemente que "no hay ninguna oferta robusta por los activos. Nos gustaría mucho, pero de momento no hay nada serio", afirmó.
Pese al coste de 1.000 millones de euros que le supondría, Nissan por el momento mantiene su plan de abandonar la factoría de la Zona Franca y los centros de Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, previsto para diciembre de este año, aunque podría aplazarse hasta junio de 2021.
Tampoco habría despidos hasta diciembre de 2020, pero todo ello queda supeditado a que antes de mañana, 30 de julio, se alcance un acuerdo sobre los términos económicos y condiciones de finalización del plan de salidas, y a que se reinicie la producción en las plantas tras la parada técnica de verano.
Sea como fuere, el futuro laboral de 23.000 personas se mantiene en el aire a la espera de que se materialice alguna oferta de peso por los activos de Nissan Barcelona, y si es para producir baterías de coches eléctricos, todavía mejor.
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