"Necesitamos evitar un enfrentamiento a gran escala". España pide calma a Europa y colaboración a China antes de decidir qué hacer con los aranceles a los coches eléctricos chinos

Hoy la UE se enfrenta a una votación crucial que decidirá cómo afectarán definitivamente los aranceles a los coches eléctricos chinos que se vendan en nuestro mercado. Aunque en julio ya se establecieron las cuantías provisionales, la Comisión Europea propuso elevarlos al 45 %, una medida que pretendía proteger nuestra industria y que podría conseguir todo lo contrario.

Ante las posibles represalias anunciadas por China, el Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha pedido la UE que evite una guerra comercial: “En lugar de imponer aranceles, la UE debería mantener abiertas las negociaciones, más allá de la votación vinculante para llegar a un acuerdo sobre los precios”, decía en una carta a la que ha tenido acceso Reuters.

“Hay mucho en juego para nuestra industria nacional”

En la misiva enviada por Cuerpo al vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, el Ministro de Economía español establece también que para rebajar la tensión “la Unión Europea debería buscar un compromiso y una salida negociada con China”, así como trabajar por “reubicar la producción de baterías en el bloque”, según Reuters.

Hay mucho en juego para nuestra industria nacional”, añadía Cuerpo, señalando que España es el segundo mayor productor de automóviles de la UE. “Tenemos que encontrar el equilibrio adecuado, técnica y políticamente, para garantizar tanto la defensa de nuestros intereses industriales como evitar una confrontación a gran escala con actores estratégicos como China”.

En la misma línea, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya dijo el mes pasado durante una visita a China que la UE debería reconsiderar su posición sobre los aranceles, e instó a Bruselas y Pekín a evitar una guerra comercial. “Creo que tenemos que tender puentes entre la Unión Europea y China, y desde España seremos constructivos y trataremos de encontrar un compromiso entre China y la Comisión Europea”, decía Sánchez.

Entre otras cosas, este llamado a rebajar la tensión por parte de España se debe a que cuando Europa anunció nuevos aranceles al coche eléctrico chino, a los que España votó en positivo, China respondió con una investigación antidumping a la carne de cerdo que exporta Europa a ese país. Ese aviso preocupó a toda Europa, pero a España especialmente, ya que es el país que más carne de cerdo exporta a China de todo el mundo: casi el 21% del total.

Los aranceles definitivos propuestos por la Comisión Europea sumarían el 10 % a los que se impusieron en julio a cada fabricante, siendo de los más altos para SAIC y Geely y los más bajos para Tesla o BYD. En el caso de las marcas que consideran que cooperaron en la investigación de la UE, como Leapmotor o Xpeng, además de las filiales de BMW o Volkswagen que fabrican en China e importan desde allí, pasarían del 20,7 % al 30,7 %.

La propuesta de la Comisión puede aplicarse a menos que una mayoría cualificada de 15 miembros de la UE, que representan el 65 % de la población de la UE, vote en contra. En principio hoy Francia, Grecia, Italia y Polonia votarán a favor, según fuentes consultadas por Reuters. Esto se traduce en el 39 % de la población de la UE, suficiente para aprobar las medidas comerciales de mayor calado de la UE.

Por el contrario, Alemania tendría previsto votar en contra: Tanto el sindicato alemán IG Metall como los representantes de los trabajadores de los principales fabricantes de automóviles del país, con Volkswagen a la cabeza, dijeron en un comunicado conjuntoque “los aranceles son el enfoque equivocado porque no mejorarán la competitividad de la industria automovilística europea”.

Y es que los fabricantes alemanes tienen mucho que perder. No sólo porque tienen fábricas en China de donde salen modelos para el mercado local, sino por los coches que exportan a China desde Europa y que generan importantes beneficios para marcas como Mercedes o Porsche.

De hecho una de las posibles represalias que podría activar el Gobierno chino es gravar con aranceles del 25 % a coches de gasolina de gran cilindrada. En la actualidad, todos los coches importados desde Europa al país asiático llevan un 15 %.

Volkswagen y Renault son algunas de las marcas que ya producen vehículos eléctricos en España, mientras que la china Chery Auto ya ha firmado un acuerdo de empresa conjunta con la española EV Motors para producir coches en su primera fábrica en Europa. De momento, Chery ya ha anunciado que fabricará 300.000 coches al año en la antigua planta Nissan de Barcelona, mientras que BYD levantará fábricas en Hungría y Turquía.

Pero la decisión final podría cambiar las cosas. La Comisión afirma que los aranceles “son necesarios para contrarrestar los préstamos, terrenos y materias primas baratos, así como otras subvenciones”, y que el objetivo es “la igualdad de condiciones, no la exclusión de los fabricantes de automóviles chinos”, como probablemente harán los aranceles del 100 % previstos por Estados Unidos.

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