MINI ha decidido no asistir al Salón de Detroit ni al Salón de Ginebra. Al principio era un rumor, pero ahora ya es oficial. Así lo ha confirmado, Mariella Kapsaskis, de MINI USA, a Autoblog. La marca explica su decisión por la propia naturaleza de estos dos eventos.
Existen dos tipos de salones del automóvil. El primero está orientado a generar noticias y por tanto enfocado en prioridad hacia los medios de comunicación, mientras que el objetivo del segundo es generar ventas y su público son en mayoría clientes potenciales.
El Salón de Detroit es sobre todo una máquina de generar noticias, pero en comparación con salones como el Chicago o de Los Ángeles se venden más bien pocos coches. Tanto que MINI ha decidido no invertir en un stand (algo que cuesta entre 4 y 6 millones de euros) si no tiene ninguna novedad que enseñar.
El caso del Salón de Ginebra es aún más flagrante. Inicialmente creado para promocionar en Suiza el automóvil, poco a poco se fue convirtiendo en una feria donde muchos suizos compraban su coche nuevo, aprovechando las ofertas que las marcas hacían con motivo del evento. Luego, con la creciente presencia de marcas de muy alta gama, carroceros de prestigio y demás fabricantes artesanales, la feria helvética ganó presencia mediática y se ha convertido casi exclusivamente en un salón para la profesionales de la industria y medios de comunicación.
Hoy en día, las ventas que se realizan en el salón de Ginebra son sobre todo de vehículos de gran prestigio y de pequeñas marcas de lujo. Incluso el público helvético ya no compra su coche en el salón. Los mira, compara y luego más tarde a lo largo del año ya lo comprará.
Dejando de asistir a estos dos salones MINI, que no tiene ninguna novedad prevista en esta primera mitad de 2016, se ahorraría del orden de 20 a 30 millones de euros (stands, personal, catering, eventos para apoyar la presencia en el salón, marketing).
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