Arabia Saudí lleva tiempo preparándose para un escenario que cada vez se vuelve más certero: el fin de la era dorada del crudo. Cada vez es más complicado que resulte rentable extraer petróleo, y el auge del coche eléctrico está empujando a los gigantes petroleros a meter la cabeza en un negocio que hace unos años pocos hubieran imaginado: el de los metales para fabricar baterías.
En concreto, el litio, una materia prima crítica para construir baterías y que el gigante estatal Saudi Aramco va a empezar a extraer de sus yacimientos petrolíferos. Y no es la única que ha emprendido este camino.
Según ha publicado Reuters, las compañías petroleras nacionales de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (Abu Dhabi National Oil Company) planean extraer litio de la salmuera de sus yacimientos petrolíferos, y se encuentran en las primeras fases del proceso. Y es que miles de pozos petroleros de los que ya no se puede sacar nada podrían ser una fuente potencial de lito.
De momento no han revelado detalles acerca del proceso de extracción, pero es probable que se enfrente al problema de que en la extracción de litio de la salmuera los niveles de concentración pueden ser muy bajos. A pesar de que el crecimiento del mercado del vehículo eléctrico ha sufrido un estancamiento y de que el precio del litio ha caído alrededor de un 80% desde que alcanzaron un máximo en noviembre de 2022, sigue siendo una materia crítica que controla China.
En noviembre de 2023 el gigante petrolero ExxonMobil anunció su intención de convertirse en un "productor líder de litio", y su primer objetivo es Norteamérica. Para ello utilizarán maquinaria de perforación de petróleo y gas para acceder a agua salada rica en litio (salmuera) desde depósitos a unos 10.000 pies bajo tierra.
Actualmente, los costes de extracción de petróleo cada vez son más altos, ya que extraer y refinar petróleo implica gastar petróleo. Si esa proporción alcanza 1:1, de forma que para extraer un barril se emplea un barril, deja de haber beneficios y margen para crecimiento. De ahí la necesidad de diversificación para las petroleras.
No depender del petróleo como objetivo a medio plazo
Con una monarquía absoluta como forma de gobierno y una economía totalmente ligada al petróleo, Arabia Saudí se ha embarcado en una nueva estrategia energética ante un mercado en declive pero del que dependen, por lo que primero deberán monetizar sus activos antes de que su valor disminuya.
Fue en 2017 cuando empezó a hacer pública su intención de reducir su dependencia del petróleo y abrazar la electromovilidad con empresas emergentes, como lo eran por entonces Tesla o Lucid Motors.
De hecho el fondo soberano de Arabia Saudí compró el 5 % de la acciones de la firma capitaneada por Elon Musk, mientras que posee el 60 % de Lucid Motors. Además, el reino ha creado su propia marca de vehículos eléctricos, Ceer, y su objetivo es fabricar medio millón de vehículos eléctricos al año en una nueva planta.
#سير إلى شهر الخير.#رمضان_مبارك pic.twitter.com/7zI6PQRujy
— Ceer (@ceer) March 10, 2024
2017 fue también el año en el que el rey Salman bin Abdulaziz nombró a Mohamed bin Salman príncipe heredero. A partir de entonces el país emprendería una nueva etapa de reformas con miras a un futuro más cercano a los valores de Occidente, aunque su oro negro ya le es valedor del favor y la amistad de cualquier potencia (como ocurre con España).
En 2018 se dibujaron las líneas maestras del plan 'Vision 2030'. ¿Objetivos? Reducir su dependencia del petróleo, ya que Arabia Saudita obtiene más del 70 % de sus ingresos por la venta de crudo, cuyo precio lleva bajando desde 2014. Y de paso, dar un lavado de cara al Reino con la inclusión de la mujer en el mercado laboral permitiéndolas conducir, aunque sigan viviendo bajo la tutela del hombre.