El pasado Salón de Frankfurt ha sido, más que nunca, el Salón de los coches eléctricos y de los SUV. En la mayoría de los casos son coches más o menos racionales que en contadas ocasiones se han ido convirtiendo en algo pasional, ya sea por el mensaje que pueda transmitir en cuanto a estatus y manera de ver las cosas (es el caso de Tesla, por ejemplo) o por todo lo que evoca, como el nuevo Land Rover Defender.
¿Y qué pasa con los coches pasionales por antonomasia, los deportivos y descapotables? Pues cada vez son más raros en nuestras carreteras. Y así lo demuestran las cifras de venta en Europa en los primeros seis meses de 2019.
Los datos de la primera mitad del año muestran tendencias a la baja para casi todos los modelos en todos los segmentos de los deportivos, desde los roadster más asequibles hasta los superdeportivos. De hecho, solos los BMW Z4, BMW Serie 8, Ford Mustang Fastback, Ferrari 812 Superfast, Ferrari 488, Bentley Continental, Alpine A 110, Lotus Elise y Corvette se libran de esa tendencia a la baja.
Los dos BMW y el Alpine porque son nuevos en el mercado (lo mismo ocurre con el Bentley Continental, que inicia su primer año completo de venta) y los dos Ferrari porque...son Ferrari, sencillamente.
La marca sigue fabricando en un volumen inferior a la demanda, de este modo se mantiene la exclusividad de los modelos (tanto nuevos como usados) y se asegura así una envidiable rentabilidad de casi 70.000 euros por coche vendido. Aunque no siempre le funciona, como evidencia la bajada en ventas del Ferrari GTC4 Lusso.
En cuanto al Lotus Elise y al Corvette, son cifras de venta tan bajas (162 unidades y 25 unidades, respectivamente) que cualquier mínima variación supone un elevado porcentaje al alza o a la baja.
Entre tanta bajada, la única verdadera excepción es el Ford Mustang en su carrocería Fastback. En los seis primeros meses de 2019, Ford vendió casi 4.000 unidades del Mustang en carrocería Fastback en toda Europa. Lo que supone un 9 % más con respecto al mismo periodo de 2018.
Sin embargo, no es el deportivo más vendido del mercado europeo en lo que va de año. Este honor recae en el Mazda MX-5, con 7.745 unidades, seguido por el Porsche 911, del cual se han vendido un total de 7.374 unidades (4.533 en carrocería cupé y 2.841 Cabrios).
En tercera posición, llega el Audi TT con 6.236 unidades (4.318 Cupés y 1.918 Roadsters), el BMW Z4 con 5.838 unidades y, en quinta posición, el Ford Mustang con 5.447 unidades vendidas (3.997 Coupés y 1.450 Cabrios).
Sport cars 1/3: The #sportcars are becoming a rare thing to see in the roads of Europe. The decreasing popularity is also making them more expensive to produce. This is the main reason of the FCA-Mazda agreement for the production of the #Fiat124Spider and #MazdaMX5... #sportcars pic.twitter.com/lfpr87qqJS
— CarIndustryAnalysis (@lovecarindustry) 18 de septiembre de 2019
Una rentabilidad difícil de conseguir
También hay que tener en cuenta la particularidad de estos segmentos. El grueso de la producción se vende en los dos o tres primeros años. Los fabricantes premium, como Audi y Mercedes-Benz, calculan la rentabilidad comercial de esos coches a sabiendas que solo se venderán bien esos primeros años.
Por ejemplo, que el Audi R8 (cupé) tenga una caída del 16 % (351 unidades vendidas) con respecto al primer semestre de 2018 y que el R8 Spider haya caído un 61 % (162 unidades vendidas) no significa que el coche esté en peligro.
El Audi R8 salió al mercado a mediados de 2015, año en el que se vendieron 1.108 unidades del deportivo alemán. En 2016 fueron 1.428 unidades, en 2017 fueron 1.366 unidades y el año pasado 1.087 unidades. Si bien hay un declive, el grueso de la producción ya ha sido vendido y el coche es rentable. Y, como muchos otros, se mantiene en producción como coche de imagen, con un restyling y alguna serie especial para que siga de actualidad.
Eso es válido en los modelos de lujo, por debajo de los 100.000 euros, es cada vez más caro desarrollar deportivos ya que no se venden tanto como antaño. Esto explica las colaboraciones entre Mazda y FCA, para los MX-5 y 124 Spider, y entre BMW y Toyota, para los Z4 y GR Supra. Esos elevados costes también explican porque el Audi TT ya no tendría sucesor o, en todo caso, sería muy diferente del modelo actual.
Sportcars 2/3: ...Unfortunately, the formula has not proved to be successful, at least for #FCA. The same happens to the #AlfaRomeo4C and #DodgeChallenger. The 4C is getting old and the Challenger (available in very few markets) faces more modern rivals... pic.twitter.com/FzkZiwUhGI
— CarIndustryAnalysis (@lovecarindustry) 18 de septiembre de 2019
Solo los coches-iconos se salvan
Al final, está claro que solo los modelos más emblemáticos, los que tienen nombre propio, consiguen sacar ventaja de un mercado a la baja. Es el caso del Mazda MX-5. No en vano es el roadster más vendido del mundo desde hace años. Y eso se explica por su relación precio-sensaciones inigualable. Es un coche asequible, tanto a la hora de la compra como del mantenimiento, pero rico en sensaciones a pesar de que en ocasiones se pueda considerar que le falta potencia.
Es también el caso del Ford Mustang. Quién en el mercado puede ofrecer un coche con maletero, cuatro plazas, un potente motor V8 por 50.200 euros y al mismo tiempo ser un icono del automóvil, con una imagen tan fuerte que transciende la de su fabricante.
Otro ejemplo, el Porsche 911. Otro icono del automóvil. No solamente es el coche más rentable de la industria, sino que además su imagen de marca es tan fuerte que en un periodo en el que sus ventas bajan (-48 % para el cupé y -30 % para el Cabrio), pues corresponde al momento en el que se deja de vender la generación 997.2 y se inicia la comercialización de la generación 992, el coche se permite el lujo de ser el segundo deportivo más vendido de Europa.