De auxiliar un coche fúnebre (féretro incluído) a las aplicaciones informáticas: así se ha reinventado el sector de las grúas
El sector de la asistencia en carretera ha cambiado con el paso de los años, pasando de ser un servicio privado a un sector necesario para los clientes de las grandes aseguradoras y con una nueva normativa de por medio para mejorar la seguridad de los operarios de grúa.
David Aguilar, de 39 años, lleva toda su vida en el mundo de las grúas. Su padre fundó en los años 80 la empresa familiar y desde entonces ha sido su modo de vida, dentro de una generación de trabajadores que antes de iniciar su vida laboral ya echaba una mano a su padre.
De no haber seguros a depender de las pólizas de asistencia
El servicio que presta actualmente la empresa familiar poco tiene que ver con los inicios. "Mi padre empezó hace 34 años remolcando con un Land Rover adaptado; ha llovido mucho en este tiempo y ha cambiado todo", nos cuenta desde su despacho dentro de la base en la sierra noroeste de Madrid.
Una de los principales cambios que David ha visto en el sector es que actualmente todos tienen que pasar por el aro de los seguros y sus pólizas de asistencia en carretera. "Antes ni siquiera había seguros", recuerda. Y es que con los precios de las pólizas a la baja sus condiciones de trabajo también se ven afectadas.
En un mundo dominado por las aseguradoras, el espacio que queda para las empresas particulares de grúas pasa por los acuerdos con estas grandes empresas de seguros: "La mayor parte de nuestro volumen de trabajo viene de los contratos que firmamos con las aseguradoras y que se reparten en función de las zonas", explica.
Así, para lograr los acuerdos, las aseguradoras exigen ciertos requisitos: "Tienes que tener una disponibilidad para ellos en exclusiva, durante las 24 horas, los 7 días de la semana. No puedes decir que no: hay cláusulas y condiciones o de lo contrario nos penalizan", cuenta David a Motorpasión.
La empresa familiar también presta servicio como depósito municipal a algunos ayuntamientos de la zona. "Nos llegan muchos avisos de gente sin seguro, pero porque hay muchos conductores que o no tienen contratado un seguro o no lo tienen vigente", nos relata normalizando un problema que en realidad se extiende en torno a 2,6 millones de vehículos circulando sin seguro según datos de 2021.
Los coches nuevos y su papel en el incremento de los servicios
Una de las grandes revoluciones en el mundo de los seguros de automóvil fue la irrupción de las denominadas aseguradoras 'low cost' y los intermediarios que comercializan seguros. Estas empresas de seguros relativamente baratos en opinión de Aguilar, "no han supuesto un gran cambio en nuestro negocio. Nosotros acordamos con las empresas matrices, que son las que por debajo tienen sus propias aseguradoras de bajo coste".
La diferencia, reconoce, no está en cómo ha evolucionado el sector de las grúas, sino cómo han cambiado los seguros particulares. "No es lo mismo la asistencia en carretera que te puede dar Asitur que Balumba. Muchos clientes firman una póliza básica sin fijarse en que les recortan en asistencia en carretera", nos comenta.
"Igual una aseguradora normal te permite llevar tu coche de vuelta a tu domicilio a 50 km pero la low cost te obliga a llevarlo al taller más próximo al lugar del aviso", narra.
La crisis fue otro de los factores que influyeron de manera directa en el negocio de las grúas. Desde 2008 se notó en el sector un incremento en el volumen de trabajo como consecuencia de una notable falta de mantenimiento de los vehículos, pero "ahora la gente se mueve más y nos encontramos más choques".
También David apunta a los coches nuevos como culpables de un auge en los servicios de las grúas porque "muchos coches nuevos no traen rueda de repuesto y el kit de reparación de pinchazos no vale de nada. También los coches tienen más electrónica y las baterías duran menos... La gente tampoco se complica la vida. Básicamente ahora atendemos pinchazos y arranques de baterías".
Así es el servicio de asistencia en carretera desde dentro
Cada día en una empresa de grúas es un día diferente, por eso a David no le faltan las anécdotas. "Hace unos años pareció que el incidente de los mayorinos en el Angliru se multiplicó y tuvimos que rescatar varios SUV con neumáticos de verano en el monte Abantos", nos cuenta entre risas.
Siempre pasan cosas, tantas que incluso le es difícil rebuscar alguna que sobresalga por encima de la media. "Más de una vez un conductor ha llamado porque se ha dejado a niños pequeños dentro del coche con las llaves puestas y directamente ha llamado a asistencia", cuenta y añade que "también está la típica de tener que asistir a un coche fúnebre con el féretro dentro y esperar con toda la comitiva a que llegase otro coche fúnebre para poder llevarnos el vehículo averiado".
Para poder prestar servicio a las aseguradoras otro de los requerimientos a las empresas de grúas es que presten un servicio rápido. Para ello David nos enseña cómo cuentan con aplicaciones informáticas que centralizan los avisos y los canalizan hasta su sistema.
"Esta aplicación nos avisa en el ordenador, aceptamos el servicio y se lo reportamos al conductor disponible que esté más cerca", detalla. Mientras tanto nos enseña los programas que son su día a día con posicionamiento GPS en tiempo real de sus vehículos; programas desarrollados específicamente y que cuestan una suma importante que prefiere no revelar.
"Tenemos que pagarlo para prestar el mejor servicio. Si no, no podemos competir de cara a las aseguradoras", lamenta. Dentro de cada aviso queda recogido cada detalle, sabiendo qué tipo de vehículo es necesario o si basta con una furgoneta de asistencia en caso de un pinchazo sin repuesto.
Siendo un escenario de trabajo totalmente voluble, le preguntamos cómo lo hacen para presentar las ofertas de contratación a las aseguradoras, a lo que David nos responde que no lo hacen a ciegas. "Son muchos años de experiencia y está todo muy atado. El problema es que las grandes empresas cada vez aprietan más".
"Nosotros, si tenemos que hacer un servicio que nos salta en Madrid centro (porque no está repartido en zonas como ocurre en los municipios), cobramos por lo que tengamos estipulado en el contrato con la aseguradora", añadiendo además que si tienen que llevarlo a Villalba,por ejemplo, cobran el desplazamiento de ida y vuelta aparte.
En el día a día, la empresa de David tiene muy claro que hay momentos en los que hay que tener a buena parte de la plantilla movilizada. "Los lunes por la mañana, los fines de semana en la sierra con las motos o el primer día de lluvia después del verano sabemos que tenemos que estar a tope con los refuerzos", recalca.
Además, David nos cuenta que sus conductores se reparten en turnos de mañana, tarde y noche, pero "los gestionamos para que por ejemplo haya más grúas disponibles cuando va la gente a trabajar. A partir de las 11:00 la cosa se tranquiliza hasta la tarde cuando todo el mundo vuelve a casa".
En el caso de la empresa de Aguilar, su negocio de grúas supone un 80% aproximadamente del total; también tienen taller mecánico, chapa y pintura, transportes con góndola... "Prestamos servicio de asistencia a particulares o transporte de coches clásicos, pero es un porcentaje muy pequeño.
La evolución del sector y la caída de precios en los servicios ha hecho que nos tengamos que buscar la vida. Hace poco entramos a prestar servicio de remolcado a vehículos industriales y eso es lo que más margen nos deja", apunta.
Actualmente la flota en servicio de la empresa ronda los 30 vehículos y todos deben estar en buen estado de revista para cumplir con las exigencias de las aseguradoras. Esta flota requiere una inversión constante y según nos cuenta David, no es fácil de gestionar.
Una grúa convencional cuesta en torno a 60.000 euros y es la que más servicios atiende. Una pick-up transformada a remolcador cuesta casi lo mismo, a partir de 50.000 euros (casi tan cara como una grúa pese a su menor tamaño), y básicamente es para servicios en garajes.
Luego están los remolcadores de camiones que son grandes cabezas tractoras de cuatro ejes convertidas que rondan los 300.000 euros.
La era de los coches eléctricos y los camiones
Además del servicio de grúa de toda la vida, están surgiendo otras necesidades al margen de los coches de combustión convencionales.
Los coches eléctricos también llegan al sector de las grúas. "Los vehículos de cero emisiones van a ser un cambio en el futuro, pero ahora ya lo estamos notando", nos comenta David porque "hay gente que se queda sin batería en el coche".
Para enfrentarse a este tipo de servicio y no tener que retirar el vehículo de la vía y hacer perder tiempo al cliente, esta empresa ha creado un punto de recarga móvil con una furgoneta equipada con un potente generador capaz de dar unos 30-40 km de autonomía en 10 ó 15 minutos de recarga.
Por otro lado están los camiones. La normativa impide que se pueda reparar un vehículo en autopistas y autovías, "por eso los coches taller funcionan mejor en entornos urbanos, pero esto no siempre se puede hacer con los camiones. Son vehículos pesados generalmente con carga para los que tenemos una furgoneta específica con la que les ofrecemos una reparación in situ para que puedan seguir trabajando".
Para ello, además de herramienta, sus furgonetas cuentan con cierto recambio genérico. "Para los camiones tenemos un pequeño stock de manguitos, conductos hidráulicos, piezas genéricas... Aunque no podamos dar una solución total son vehículos de trabajo y hay que dar una solución inmediata", nos explica.
