La marca coreana suma y sigue. Hace 34 años que llegó el primer Hyundai importado a Europa, un Hyundai Pony. Hubo que esperar a 1996 para tener su primer millón en el viejo continente, pero entonces era una marca casi desconocida. Pero poco a poco, su popularidad subió como la espuma. El segundo millón cayó en 2001.
Esa fecha casi coincide con el establecimiento de una sede en Alemania para conectar más la gama con los gustos de Europa, en 2000. El tercer millón cae en menos tiempo, en 2005. Tiempo después, en 2007, aparece el Hyundai i30, el primer coche pensado para Europa y fabricado aquí, en la planta checa de Nošovice.
El cuarto millón cayó en 2008, y el quinto millón ahora, y fue un i30. Según la marca, llevan 27 meses consecutivos hasta marzo de 2011 siguiendo una tendencia ascendente de ventas que lleva la contraria al mercado europeo en general. El exigente mercado alemán es el más importante del continente para ellos, aunque también es el más grande.
La crecida de este fabricante se explica con facilidad, si pones el producto que te pide el mercado en la calle, te lo compran. La percepción de la marca va a mejor, como ya pasó en EEUU, donde ya han convencido a mucha gente. Debería vender el sexto millón antes de 2014 al ritmo que van.
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