La entrada de Boris Johnson en el número 10 de Downing Street acaba de terminar de agitar el avispero en el que se ha convertido el Brexit. Con la promesa de sacar al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre "a vida o muerte, caiga quien caiga", ha mandado un soplo de esperanza a los euroescépticos, pero ha levantado todas las alarmas en el sector automotriz.
Según ha publicado el diario económico Financial Times, PSA ha amenazado con llevarse la producción del Opel Astra a Europa si el Brexit hace que la fábrica británica no sea rentable.
¿El cierre de la planta de Chesire?
El Grupo PSA, que posee Vauxhall, finiquitará toda la producción del puerto de Ellesmere, en el condado de Cheshire (Inglaterra) y se la llevará a una planta al sur de Europa si lo augurios económicos que arroja el divorcio de Reino Unido con la UE se cumplen.
La cabecera económica explica que el presidente ejecutivo del grupo, Carlos Tavares, ha asegurado que la producción de los futuros Vauxhall Astra y Opel Astra se irán del noroeste de Inglaterra, donde hay más de 1.000 trabajadores.
No ifs, no buts.
— Conservatives (@Conservatives) July 25, 2019
We’ll leave on 31st October - and whatever happens EU citizens here can be certain of their right to stay.
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"Francamente, preferiría dejar el Astra en Ellesmere, pero si las condiciones son malas y no puedo rentabilizarlo, tengo que proteger al resto de la compañía", ha dicho Tavares al Financial Times. "Tenemos una alternativa al puerto de Ellesmere".
En junio de este mismo año PSA anunció que la nueva generación del Astra se fabricará en la planta de alemana de Rüsselsheim, -donde se ubica la sede central de Opel-, además de en Ellesmere Port y Gliwice (Polonia).
Y es que la salida de Theresa May y la entrada del polémico 'tory' como nuevo primer ministro ha intensificado las sombras de los temidos aranceles aduaneros, homologaciones y controles que afectarán a importadores y exportadores.
Johnson ha asegurado que Reino Unido estará fuera de la UE "sea como sea" el 31 de octubre, mientras que el Banco de Inglaterra ha cifrado el coste de un Brexit duro en 100.000 millones del euros y una caída del 8 % del PIB de Reino Unido en una década.
Por otro lado, un estudio de la asociación británica de fabricantes y marcas del automóvil (SMMT) publicado por Bloomberg, cifró una salida sin acuerdo en pérdidas de 57.000 euros por minuto para las empresas del sector automotriz, haciendo peligrar los puestos de 186.000 trabajadores.
"Un Brexit sin acuerdo presenta una amenaza existencial para nuestra industria", ha advertido a Johnson en una carta el CEO de SMMT, Mike Hawes.
De momento Honda ha confirmado el cierre de la planta de Swindon en 2021 ante un Brexit duro, al igual que ha hecho Ford, Jaguar Land Rover, BMW y Nissan.
Ni siquiera el patriótico y pro Brexit Sir James Dyson, que planea fabricar un coche eléctrico disruptivo, se fía de lo que ocurrirá con su industria una vez se consume el divorcio, y se ha llevado la producción a Singapur.
Todos se preparan para las consecuencias de un plan que lleva fraguándose desde 2016 y que ahora está en manos -en parte, pues precisa del apoyo del Parlamento- de un conservador un tanto impulsivo que quiere mantener las formas amenazando y a la vez tendiendo una mano a Europa.