La guerra cambia el mapa del petróleo en España: de depender de Rusia a comprar a Angola, Brasil y Nigeria

Con Rusia como tercer exportador más importante del mundo, las sanciones impulsadas por la invasión a Ucrania avivaron el miedo al desabastecimiento: había que recortar demanda, consumir menos gas, pero no menos petróleo.

Así, la UE ha seguido siendo un gran cliente del petróleo y el gas rusos. Un nuevo estudio del grupo de presión Transport & Environment (T&E) muestra cómo ha cambiado el mapa mundial del petróleo y cómo, lejos de reducir el consumo de petróleo, países como España han intercambiado barriles rusos por los de otros países.

En enero de 2022, Rusia representaba el 31 % de las importaciones europeas de petróleo. Un año y tres meses después, esa cifra se había reducido al 3 % tras las distintas sanciones, detalla el estudio.

En el caso de España, las importaciones de crudo desde Rusia se terminaron en mayo de 2022, según datos de la Corporación De Reservas Estratégicas De Productos Petrolíferos, reduciendo en casi un 73 % el crudo ruso que llegó a España ese año.

Gráfico: Transport & Environment.

Esto no ha implicado una disminución de la compra de barriles. España ha incrementado las importaciones de países como Brasil (+170%), Estados Unidos (+60%), Angola (+240%), Iraq (+40%) y Canadá (+62%).

Colombia, Venezuela, Ecuador y Trinidad y Tobago han sido otros de los países que España tiene en el radar para seguir importando petróleo.

Según datos de Statista, Nigeria fue el principal país del que importamos petróleo en 2022, seguido de EEUU, México, Brasil e Irak.

El estudio de T&E sugiere que el consumo de petróleo en Europa es un 2% mayor que al comienzo de la invasión rusa de Ucrania, coincidiendo con un incremento de la producción y las exportaciones mundiales de petróleo.

No ocurre así con el gas, cuyo consumo ha bajado desde enero de 2022 hasta marzo de 2023 un 15 %.

Gráfico: Transport & Environment.

El sector del transporte es el principal motor de la persistente y elevada demanda de petróleo en Europa, con el tráfico por carretera volviendo a los niveles anteriores a la pandemia y el sector de la aviación, que, según el grupo ecologista, alcanzará su punto álgido a finales de este año.

T&E considera que Europa puede reducir la demanda de petróleo en un tercio mediante una combinación de medidas como acelerar la electrificación del transporte por carretera, implantar límites de velocidad y reducir el tráfico aéreo.

De momento, todo apunta a que Bruselas no va a meter mano a los vuelos en jet privado, a pesar de que países como Francia, Irlanda, Austria y los Países Bajos están pidiendo su fin. Eso, sin hablar de los cruceros.

"Se ha pedido a los hogares que bajen los termostatos mientras la Comisión Europea hace propaganda de la sobriedad del gas. La UE tiene un plan para reducir el consumo de gas hasta 2024. No hay planes similares para el petróleo. Con una combinación de reducción de la demanda y aumento de la eficiencia, Europa puede reducir su consumo de petróleo en un tercio. España tiene la oportunidad de liderar este avance aprovechando su potencial renovable," concluyen.

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