Hasta ahora, el fabricante chino Great Wall se postulaba como favorito en las últimas negociaciones de la mesa de reindustrialización de Nissan, tras meses siendo uno de los principales candidatos para ocupar Zona Franca una vez Nissan abandone las ´fabricas de Barcelona el mes que viene.
Pero tras una reunión extraordinaria los sindicatos han dado la voz de alarma y piden que se valoren otras opciones.
El motivo principal de que los sindicatos no se fíen ahora de Great Wall Motors (GWM) y piensen que la negociación "pudiera no fructificar" como han declarado al Economista es que, en lo referente a las propuestas sociales, el fabricante chino ha puesto en entredicho la entrada de personal por orden establecido y la garantía de empleo pactada (uno de los acuerdos entre Nissan y los trabajadores en el ERE). Pero hay más.
Más ayudas públicas para aumentar la capacidad de producción
Los sindicatos representantes de los trabajadores de las plantas que Nissan abandonará el próximo 31 de diciembre en Barcelona (Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca) han exigido la "necesaria implicación al más alto nivel político para intermediar con la directiva del fabricante chino” y la propia comisión de reindustrialización también está valorando el planteamiento de GWM para poder desbloquear la situación actual.
El problema (que por el momento no es irreversible) viene de una auditoría que GWM realizó recientemente a la fábrica de la Zona Franca en la que surgieron sus dudas, pues además de plantearse una redimensión de negocio para Europa, parece que no quedó muy convencida de los activos actuales de la planta barcelonesa y de su capacidad productiva.
Y es que los directivos de GWM creen que es necesario aumentar las inversiones para actualizar las plantas actuales y así poder asegurarse de que la factoría tenga la suficiente capacidad para abastecer a todos los clientes que la empresa cree que captará en el Viejo Continente.
El plan que barajaban Gobierno y Generalitat ya contemplaba una inyección de recursos de aproximadamente 100 millones de euros para poner en marcha la producción de los vehículos de la marca china, pero estas ayudas públicas podrían no ser suficientes para GWM.
La Mesa de reindustrialización del centro de Nissan en Barcelona –formada por administraciones, empresa y sindicatos– volverá a reunirse próximamente. En ella, los sindicatos exigirán "clarificación y concreción a los proyectos actualmente prioritarios” y podría reactivarse la valoración de las otras dos principales alternativas a ocupar las factorías de Nissan Motor Ibérica: el hub de electromovilidad liderado por la catalana QEV Technologies, y Silence.
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