Las fusiones valen para dos cosas: ganar mercado, lo que en este caso sería difícil para dos marcas que están en los mismos sitios, o reducir costes a través de sinergias laborales, tecnológicas, etc. Está claro que en este segundo caso ambos grupos ganarían mucho a fuerza de reducir plantillas y compartir tecnología para acabar vendiendo mucho más que cada uno por separado.
Pero se impone la cordura, y el propio Ghosn reconoce que “la fusión de ambos fabricantes podría provocar un baño de sangre laboral, porque las sinergias surgidas entre ambas compañías serían muy negativas para el empleo en Francia. Si fusionamos a dos marcas que ofrecen casi los mismos productos en casi el mismo país… no sería una buena idea”.
Y con los follones que se arman en Francia por estos asuntos, tampoco lo iban a tener fácil ni aunque quisieran.
Vía | el mundo