Que un país goce de una industria de fabricación automovilística sana y en buena forma no implica que todo lo que fabrique se pueda colocar. Esto le ha pasado a General Motors, que ha visto como por culpa de los precios crecientes de la gasolina tiene las campas de las fábricas llenas de pick-ups tragonas. Cuando GM empezó a hacer recuento, eran 275.000 las unidades de pick-ups acumuladas, 258.000 de ellas, Chevrolet Silverado y GMC Sierra.
La cosa se ha puesto aún más fea, porque ahora mismo hay 288.000 unidades que no se han vendido, lo que equivale a 110 días de producción, casi el doble de lo que se supone como normal tener almacenado, que son 60 días de producción. Así pues, el precio de la gasolina no hace nada más que engordar la cifra de pick-ups en almacenaje, lo que obligará a GM a tomar medidas.
De momento GM parará las fábricas de Flint en Michigan y Fort Wayne en Indiana durante dos semanas, periodo en el que General Motors aprovechará el inciso para hacer los cambios de utillaje y en las líneas de producción necesarios para fabricar los modelos 2012. Aunque tal cantidad de stock podría causar una bajada de precio, desde GM han dicho que harán los cortes de producción que hagan falta, pero que no bajarán los precios para desprenderse del exceso de stock.
Un caso claro de o engrasamos todos o el cigüeñal al río.
Vía | Leftlanenews
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