El gas natural para coches es más interesante que el GLP, pero en España hay que ser un héroe para llenar el depósito
¿Qué necesita el Gas Natural Vehicular, o GNV, para afianzarse definitivamente en el mercado español o, por lo menos, equiparse al Autogas o GLP? Estos dos biocombustibles, señalados como una alternativa de transición hasta que llegue la verdadera democratización de los coches eléctricos, mantienen un interesante mano a mano con la balanza inclinada a favor del GLP.
El GNV, pese a ser más económico, ofrecer un consumo menor y contar con mayores reservas de explotación respecto al Autogas, no acaba de ganarle la partida. La respuesta la encontramos en la pobre infraestructura, aunque inmediatamente cabe preguntarse también por qué en España se ha apostado históricamente más por el GLP que por el GNV.
GNV vs GLP: qué son y cuál aporta más beneficios
Empecemos por analizar ambos biocombustibles. El Gas Natural Vehicular es gas metano, el mismo que el que llega canalizado al hogar, pero que al convertirse en combustible para vehículos, se presenta en dos formas: Gas Natural Comprimido (GNC) y Gas Natural Licuado (GNL). A nivel molecular contiene una mayor proporción de hidrógeno que de carbono frente a los combustibles fósiles o el propio GLP.
El GNC se presenta en estado gaseoso pero sometido a presión. Es la variante de GNV más habitual, sobre todo en el caso de vehículos ligeros, como automóviles o furgonetas. A su vez, el GNL es la opción más utilizada en vehículos pesados, camiones y autobuses, y se consigue gracias a someter al gas natural a bajas temperaturas para que pase de estado gaseoso a líquido.
Por su parte, el GLP o Autogás es una mezcla de butano y propano, para más señas el gas de antaño, el que venía en bombonas. Sus siglas responden a Gas Licuado de Petróleo, por lo que se obtiene de los yacimientos de Oro Negro, cuyas reservas son menores que las existentes de gas natural.
Ya tenemos, por tanto, dos claves que señalan ganador al GNV frente al GLP: las emisiones contaminantes son menores al contener menos carbono y la materia prima de donde se obtiene cuenta con más reservas. A todo ello se sumarían dos ventajas más.
En un coche compacto medio, como reflejábamos en este análisis, el consumo en el caso del GNC es menor, 3,5 kg/100 km frente a los 6,9 l/100 km del GLP, como también lo es su coste por kilómetro: aunque el Autogas tiene un precio de 0,78 euros por litro y el GNC unos 0,94 euros por kilo, al disfrutar de un gasto más reducido, recorrer 100 km nos costaría 4,53 euros frente a los 6,05 euros del GLP.
¿Por qué ha triunfado el GLP frente al GNV?
En base a estas ventajas, la pregunta es inevitable: ¿por qué el Autogas ha acabado imponiéndose de forma tan radical? En España, la apuesta a favor del GLP ha sido clara, lo que se refleja en la infraestructura que la ampara, es decir, las gasineras.
La brecha entre el GNV y el GLP no es pequeña. A día de hoy, según los datos de la Asociación Española de Operadores de GLP (AOGLP), en nuestro país existen 577 estaciones que surten de Autogas. De las mismas, 370 gasineras pertenecen a Repsol, aglutinando el 64,1% del total. La diferencia con otros operadores es abismal: la segunda, Cepsa, registra 13 estaciones de GLP, seguida de Galp, con sólo ocho y BP y Shell, ambas con tres en toda a geografía española.
Repsol es una de las multinacionales con mayor facturación en España. Por poner un ejemplo, es una de las únicas cuatro entidades que, hoy por hoy, se incluyen dentro del ranking de las 100 empresas líderes del sector energético mundial elaborado por Thomson Reuters. Curiosamente, Enagás es otra entidad que puede encontrarse en la lista, entidad especializada en la distribución de gas natural, lo que incluye el GNV.
Pero, a diferencia que Repsol, Enagás no cuenta con una red consolidada de estaciones de repostaje, como tampoco Gas Natural Fenosa o Endesa. Como vemos, el GLP, de inicio, ya tenía el camino más allanado que el GNV. Obviamente Repsol siempre apostará por el Autogas, gas licuado de petróleo, y la inversión de cara a la infraestructura siempre será más que asumible. Con esto en la mano, ya encontraríamos respuesta a la superioridad del Autogas.
¿Cuántas gasineras de gas natural hay hoy en España?
En lo que respecta al Gas Natural Vehicular, en España actualmente hay activas 58 gasineras. No obstante, su crecimiento se ha incrementado notablemente en los últimos años, estando planificadas para este 2018 y el próximo 2019, la apertura de 47 estaciones más, tal y como asegura Gasnam, la asociación ibérica de gas natural. Esto se traduciría en un total de 105 estaciones operativas en un futuro no muy lejano.
En el caso del GNV, el mayor grueso de estaciones de servicio son propiedad de Gas Natural Fenosa, contando con 19 estaciones abiertas, siete de acceso restringido y 18 en proyecto. Sin embargo, le sigue de cerca HAM, con 18 gasineras activas y una en proyecto en Alfarín, Zaragoza. El tercer operador en discordia sería Galp, con doce estaciones, aunque diez son de próxima apertura y las dos activas actualmente son de acceso restringido.
Curiosamente Repsol no ha querido quedarse atrás ante el crecimiento que el GNV ha experimentado los últimos años: la petrolera cuenta con cuatro surtidores operativos y cinco en proyecto. Endesa, también se ha sumado, aunque tímidamente, con cinco estaciones abiertas en España.
Gasineras GNV en el mundo: la brecha es grande
Aún con las 105 estaciones ya operativas, la distancia respecto a otros países europeos es amplia. Según las cifras de NGV Global, una de las principales entidades de gas natural a nivel mundial, Italia está a la cabeza de forma destacada en el Viejo Continente en lo que respecta al Gas Natural Vehicular, tanto en infraestructura como en volumen de vehículos.
El país transalpino cuenta actualmente con 1.186 gasineras repartidas por toda su geografía, seguida de cerca por Alemania, con 915 estaciones. El tercer país de la UE con mayor número de surtidores es Suecia, con un total de 173, aunque este combustible también es bastante popular en Rusia, con 354 puntos de repostaje ubicadas a lo largo y ancho de su extensión.
Si llevamos la vista a nivel global, China es el país que actualmente cuenta con la red más amplia de gasineras, contabilizando un total de 8.300. Le sigue Pakistán con 3.416, Irán (2.400), Argentina (2.014), EE.UU. (1,825) e India (1.349). Por tanto, traspasando las fronteras europeas, comprobamos que sólo Italia y Alemania podrían estar a la altura de los países asiáticos y americanos.
Si no hay gasineras, no hay coches
Esto se refleja automáticamente en la oferta del vehículo particular. En el caso de España, los automóviles alimentados por gas natural disponibles en el mercado apenas llegan a la veintena. Según datos de Gasnam, el parque vehicular de GNV se cifraba en 8.471 unidades en 2017, lo que incluye camiones y autobuses. De hecho, en nuestro país, donde más efectivos encontramos es en el sector servicios (transporte público, gestión de residuos, taxi), correspondiendo el grueso a vehículos pesados, que aglutinan el 58% entre camiones y autobuses.
Los automóviles sólo representan el 29%, de los cuales, una gran parte son taxis. Sin embargo, su incremento en los últimos años ha sido notable, pasando de 1.034 comercializados en 2016 a 2.332 vehículos de GNV matriculados en 2017. Según Gasnam, este crecimiento será aún mayor este 2018.
Actualmente, el parque de coches alimentados por GNV se eleva hasta las 8.700, según las estadísticas de NGV Global, incrementándose el parque automovilístico de gas natural en más de 300 unidades en estos primeros meses de 2018 y siendo su porcentaje del 0,03% respecto al parque total de vehículos.
¿Qué marcas apuestan por el GNV en España?
La mayor oferta de coches de gas natural en España la encontramos en las marcas del Grupo Volkswagen, lo que tiene su explicación en el gran impulso que este biocombustible está experimentando en Alemania. Audi, SEAT, Škoda y la propia Volkswagen cuentan con, al menos, un modelo GNV en su gama.
Hace unos años, Fiat también apostó en nuestro país por modelos GNV, precisamente por ser una alternativa muy consolidada en Italia, aunque ha acabado retirando de los concesionarios españoles muchos de los vehículos que antes ofertaba en detrimento de la oferta GLP que, hoy en día, es mucho mayor. La sueca Volvo también ha eliminado en España sus variantes de gas natural, así como Mercedes.
En definitiva, únicamente el Grupo Volkswagen está dando una oportunidad real a los coches de gas natural en nuestro país. De hecho SEAT, que ha estrenado recientemente el Ibiza TGI, es uno de los socios principales de Gasnam, como también lo es Iveco, otro de los fabricantes con mayor catálogo de modelos a gas, aunque en su caso, enfocado al transporte de mercancías.
Coches a gas natural en otros países: muy lejos
Volviendo a ampliar la mirada, el parque de vehículos de GNV español está muy a la cola si lo comparamos con otros países europeos. Italia, como es obvio, lidera el ranking con 1.004.982 vehículos circulando por sus carreteras, los cuales representan el 1,96% del total. El segundo sería Rusia, con 145.000 unidades, donde ya apreciamos una notable distancia, mientras que el tercer y cuarto puesto lo integrarían Alemania (93.766 unidades) y Suecia (55.103 vehículos).
Respecto a otros estados fuera de las fronteras europeas, China manda con 5,35 millones de vehículos GNV, seguida de Irán, con 4,50 millones, India (3,07 millones), Pakistán (3,0 millones) y Brasil (1,78 millones).
¿Qué necesita el GNV para imponerse al GLP?
Con todos estos datos en la mano, ¿qué le falta al Gas Natural Vehicular para ganarle la partida al GLP? La respuesta es sencilla: más infraestructura y una inversión mayor por parte de las empresas energéticas. Hay que destacar que, mientras que Gas Natural Fenosa ha apostado de forma clara por el GNV, no lo ha hecho tanto Endesa, por ejemplo, y nada Iberdrola, por mencionar a las tres principales distribuidoras de gas natural de nuestro país.
La realidad es que por mucho que las marcas de coches, como las del Grupo Volkswagen, se empeñen impulsar el GNV, de poco servirá si la infraestructura no acompaña. Y pese a que se prevé un notable aumento de gasineras en España, casi en un 50% respecto a las estaciones actuales, estamos muy lejos de países como Italia o Alemania.
Bien es cierto que, como alternativa, el GNV cuenta con numerosas ventajas respecto al Autogas, pero al final el usuario no va a comprarse un coche con el que no pueda repostar. O siendo más precisos, ya que todos los modelos de gas son en realidad híbridos y sus motores funcionan tanto con gasolina como con GLP o GNV, no compensa pagar más por un coche con el que no siempre voy a ahorrar: si el automóvil va a acabar tirando de gasolina, consumiendo y contaminando como tal porque no hay suficientes puntos de recarga, ¿qué justifica la inversión?
Además, si la duda está entre el GLP y el GNV, ya que ambos combustibles disfrutan de los mismos beneficios fiscales, los dos cuentan con ayudas a la compra y están catalogados como ECO en el distintivo medioambiental de la DGT (están exentos de pagar el impuesto de matriculación y tienen bonificaciones en el de circulación según ayuntamiento), la elección mayoritaria será la del Autogas ya que cuenta con una red de gasineras mayor. En conclusión, son las energéticas las que deben mover ficha para equilibrar la balanza.