"Ni responsable ni coherente". Así ha zanjado el Gobierno francés el debate sobre recuperar los descuentos a los carburantes en un momento en el que éstos tocan máximos en lo que llevamos de año, como está ocurriendo en España.
El litro de diésel cuesta alrededor de 20 céntimos más que a principios de julio, mientras que la gasolina sin plomo 98 ha superado los dos euros, su nivel más alto este año. Y ante esto, hay que tener en cuenta que Francia es un país acostumbrado a las manifestaciones a veces violentas, como está ocurriendo con las protestas contra la reforma de las pensiones.
La anterior ayuda costó 8.000 millones de euros a los franceses
Según los cálculos del ministro de Economía, Bruno Le Maire, un descuento estatal de entre 15 y 20 céntimos sobre el litro de combustible supondría 12.000 millones de euros a las arcas públicas.
"No es una decisión responsable, sobre todo en un momento en el que seguimos pagando parte de la factura eléctrica francesa", ha explicado Le Maire, recordando que el escudo tarifario de la electricidad, del que el país deberá salir progresivamente el próximo año, sigue en vigor y le costará al Estado francés 30.000 millones de euros en 2023.
Desde el Ejecutivo apelan al fin de la financiación de los combustibles fósiles para justificar su negativa de volver a ofrecer descuentos a costa de las arcas públicas:
"No podemos explicar que el calentamiento global se esté acelerando, que haya incendios por todas partes e inundaciones que penalizan a millones de nuestros compatriotas, y al mismo tiempo seguir concediendo descuentos y gastando dinero público en combustibles fósiles. La lucha contra el calentamiento global, la ecologización de nuestra electricidad y el fin del cueste lo que cueste significan que no estoy a favor de un descuento en el combustible.
El Gobierno puso en marcha en el otoño de 2022 un descuento general sobre el precio del combustible de 30 y 10 céntimos, que finalizó el 31 de diciembre.
En total, 10 millones de hogares se beneficiaron de este subsidio. Una medida cuyo coste total se estima en 8.000 millones de euros para el Estado pero que benefició principalmente a los hogares más ricos: el 25% de ellos logró ahorrar entre 64 y 115 euros en 2022, frente a los 48 euros del 25 % de los hogares con ingresos más bajos.
La negativa del Gobierno podría situar al país en dos escenarios: nuevas protestas y una mayor penetración del coche eléctrico.
En España, donde tampoco se contempla recuperar el descuento de los 20 céntimos universal, el coste en sus nueve meses de aplicación fue de 4.233 millones de euros.
De estos, 925 millones (más de uno de cada cinco euros), no habrían llegado a los consumidores al acabar en manos de las gasolineras o revertir de nuevo a las arcas públicas vía impuestos.
Son los resultados de un estudio elaborado por los economistas Juan Luis Jiménez y José Manuel Cazorla-Artiles, en el que de desprende que esta subvención generó un sobreprecio en el diésel que hizo que al menos un 17% del dinero empleado en costear la ayuda acabara en manos de las gasolineras.
