La Eurocámara quiere que los fabricantes reduzcan las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en un 45 % para 2030, elevando en un 15 % los objetivos previamente acordados. Los legisladores consideran que el objetivo de la Comisión de reducir las emisiones en toda la flota en un 30 % es insuficiente, y se ha decidido además aumentar el objetivo provisional del 15 % al 20 % para 2025.
Los eurodiputados también han votado a favor de aumentar los objetivos de ventas para vehículos de bajas y cero emisiones al 20 % para 2025 y al 40 % para 2030, así como introducir un plan de sanciones para los fabricantes que no logren estas cifras. Una medida bienvenida por la Organización Europea de Consumidores pero que no va a sentar nada bien a la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Sabremos si los estándares se recrudecen en unos meses
Los nuevos estándares para vehículos de pasajeros y furgonetas se endurecen, así que aquellos comercializados a partir de 2025 deberán reducir sus emisiones de CO₂ en un 20 % y los que se vendan en 2030 deberán cumplir con el nuevo objetivo de reducir dichas emisiones en un 45 %.
Es lo que ha decidido el comité de medio ambiente de la Cámara en Estrasburgo, ignorando todas las llamadas de atención de la industria. El informe de la socialdemócrata maltesa Miriam Dalli ha obtenido así 38 votos a favor en el comité; un informe que también contempla elevar al 20 % en 2025 y 40 % en 2030 la cuota de vehículos híbridos o eléctricos de cada fabricante, así como una batería de sanciones para aquellos que no cumplan con los objetivos.
Otra de las novedades que los eurodiputados han puesto sobre la mesa es la de empezar a medir además de las emisiones NOx, las de CO₂ en condiciones de conducción real y no solo en laboratorio. Quieren que la medida entre en vigor partir de 2023.
El siguiente paso es una votación entre el 1 y el 4 octubre en el pleno del Parlamento Europeo. Después, deberán ponerse de acuerdo en el Consejo del 9 de octubre para poder dar comienzo a las negociaciones entre las distintas instituciones. Previsiblemente, la nueva legislación entrará en vigor antes de las elecciones europeas de mayo de 2019.
La oposición de la industria
Los fabricantes han esgrimido el arma del empleo para posicionarse en contra del endurecimiento de los objetivos: la ACEA ha tachado de poco realistas las expectativas en cuanto al crecimiento de los vehículos alternativos y ha propuesto sus propios límites de emsiones a Bruselas.
La Unión Europea anunció en mayo los objetivos que tendrán que cumplir los nuevos camiones pesados: para 2025 deberán recortar las emisiones de CO₂ un 15 % y para 2030 un 30 %. Pero la ACEA sugiere que el objetivo sea del 7 % para 2025 y del 16 % para 2030.
Mientras que países como Francia, Irlanda y los Países Bajos están a favor de objetivos elevados, no está claro si las propuestas de la europarlamentaria de Malta podrán contar con el apoyo de la Comisión para ayudar a convencer a los Estados miembros más reacios. Veremos qué ocurre.