Como cada año, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) ha publicado su Informe Anual para hacer balance de la situación del sector del automóvil en España.
El informe llega unos días antes del 23-J, la fecha en la que tendrán lugar las próximas elecciones generales, por eso ANFAC ha aprovechado para anunciar algunas de las medidas que reclamará al futuro Gobierno, “sea cual sea su color”, para fomentar la recuperación del mercado y acelerar la venta de vehículos electrificados.
ANFAC propone medidas para recuperar la industria y que siga creciendo
El sector del automóvil no es ajeno a todos los acontecimientos que están teniendo lugar en el mundo a lo largo de los últimos años, como el COVID-19, la guerra de Ucrania y la crisis de los microchips. Todos ellos han afectado al ritmo de producción y matriculación de vehículos en España.
También hay que sumar la enorme incertidumbre que tienen los clientes a la hora de comprar un coche nuevo, tanto por la subida de los precios de los vehículos (nuevos y de ocasión), como por las normativas que buscan la descarbonización y afectan directamente al sector.
Entre estas últimas figura una polémica Euro7 que todavía no ha entrado en vigor y la prohibición, ya aprobada, de vender coches de combustión en Europa a partir del año 2035, dejando la puerta abierta, eso sí, a los combustibles sintéticos o e-fuels.
Sea como sea, las cifras que dejó la automoción en España en 2022 son mejores que las de 2021. Según ANFAC, la automoción aumentó en un 13,2% su aportación a la economía española en comparación con el año anterior. Y, aunque en 2022 se matricularon menos vehículos que en 2021, la recaudación del impuesto de matriculación se incrementó en un 7,8% (los coches son más caros).
Este sector sigue siendo clave para España, no en vano, aporta el 10% del PIB, por eso ANFAC reclama medidas para que la automoción en nuestro país siga recuperándose y tenga buena salud en el futuro.
El objetivo es recuperar el volumen de mercado, pasando de las 813.374 unidades que se matricularon el año pasado a una cifra situada en torno a los 1,2 y 1,3 millones de unidades, que es donde debería estar el mercado de la cuarta economía de la Unión Europea, según apunta ANFAC. Incluyendo vehículos comerciales, buses y pesados esa cifra debería subir a entre 1,5 y 1,6 millones de unidades.
“Un mercado tan bajo como el de 2022 penaliza la renovación del parque, que cerró el pasado año con una media de 13,9 años. Es necesario recuperar los niveles de 2019 para contribuir a la descarbonización del parque móvil, eliminando los vehículos más viejos por unos nuevos que, no sólo son más sostenibles sino también más seguros”, explica José López-Tafall, director general de ANFAC.
“Es irrenunciable acelerar la electrificación para no quedarnos atrás, pero un vehículo nuevo de combustión que elimine de las carreteras uno de más de 20 años también mejora la calidad del aire y hoy en día es una solución para muchos ciudadanos”, añade López-Tafall.
En este sentido, ANFAC se muestra a favor de renovar el parque móvil, pero es consciente de lo difícil que resulta, no solo por el precio de los coches, sino también porque faltan alicientes en forma de ayudas mejor diseñadas a la hora de comprar coches y puntos de recarga de acceso público.
ANFAC hace hincapié en que España está a la cola en electrificación, por eso pide incrementar el volumen de ventas de vehículos electrificados y acelerar el desarrollo de puntos de carga. El objetivo es mejorar las cifras de 2022, cuando se alcanzó un total de 78.312 ventas de turismos electrificados y 18.128 puntos de recarga de acceso público.
“España no ha logrado cumplir en 2022 con las exigencias mínimas de electrificación para alcanzar los hitos anuales de reducción de emisiones, estimados por ANFAC en 120.000 ventas de electrificados nuevos y un total de 45.000 puntos de recarga”, dice López-Tafall.
“La electrificación y descarbonización está en el ADN del sector, pero lograrlo no depende solo del esfuerzo y liderazgo de las empresas, sino también del nivel de compromiso y de las herramientas que se dispongan desde el ámbito público y desde todo el ecosistema de la nueva movilidad de bajas y cero emisiones. Y ahora mismo, seguimos estando atrás”, añade López-Tafall.
ANFAC considera que 2023 es un año clave para la recuperación del sector. “El tiempo corre y nos estamos jugando las inversiones del futuro”, ha dicho López-Tafalla durante la presentación del informe anual de ANFAC, que cree que las próximas elecciones son una oportunidad de adoptar nuevas medidas para fomentar el crecimiento del sector.
“La industria de la automoción necesita el pleno apoyo y compromiso del nuevo Gobierno que se conforme el próximo 23 de julio para avanzar en la descarbonización y bajo un modelo de movilidad, donde el vehículo limpio, conectado y sostenible sea considerado una solución más para avanzar hacia la movilidad sin emisiones”, ha señalado López-Tafall.
También ha recalcado la importancia del transporte privado, que considera compatible con el resto de formas de movilidad, además de imprescindible en muchas zonas de España.
López-Tafall ha aprovechado para pedir un cambio radical del plan MOVES en 2024, dado que el plan MOVES III caducará el 31 de diciembre de este año. ANFAC reclama que haya un próximo MOVES que sea más sencillo a nivel burocrático y que llegue antes al ciudadano y a las empresas.
Al mismo tiempo, ANFAC reclama una mejora de la infraestructura de carga. Para ello, pide que sea “un asunto de Estado” y que se cree un Centro Estatal que coordine y supervise el despliegue de puntos de recarga en España, como el modelo alemán y el portugués.
También ha propuesto la creación de un plan de ayudas específicas “para impulsar la recarga de alta potencia y evitar zonas sombra en el territorio”; ha llamado a este plan MOVES Recargas.
Otra de las medidas que reclama ANFAC es una nueva política industrial que permita a España competir con el resto de mercados en igualdad de condiciones y haga crecer nuestras ventajas competitivas. Dar continuidad a los planes formato PERTE sectoriales formaría parte de ello porque atraería nuevas inversiones en electrificación y descarbonización.
“España está inmersa en una lucha global por las fábricas y tecnologías del futuro, y necesitamos una política industrial fuerte, pragmática y continuada, como la que desarrollan nuestros competidores” comenta López-Tafall.
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