Los talleres han llegado a la conclusión de que hay un problema relativo a la calidad del combustible, y la Consellería de Economía e Industria se ha puesto a hacer análisis aleatorios de combustible en estaciones de servicio, tanto de gasóleo normal como de biodiesel, en busca de anomalías en la mezcla.
Estas averías suponen al cliente un desembolso de 750 a 2.000 euros, y los talleres que se dedican a la reparación de bombas no dan abasto. Las consecuencias varían en función del tipo de motor y de su antigüedad. Cuando se depuren responsabilidades, habrá que indeminizar, así que un consejo para los vecinos del norte: guardad facturas.
Así, llegado el momento, podréis solicitar compensaciones por daños y perjuicios.
Fuente | El Mundo