El presidente de Uber, Jeff Jones, ha presentado su dimisión a los seis meses de asumir el cargo, dejando el puesto en medio de una crisis que no deja en un buen lugar a la polémica compañía de San Francisco. Desde su llegada al cargo, Jones ha tenido que hacer frente a controversias que van desde denuncias por acoso sexual hasta la sonada discusión del consejero delegado y fundador de Uber, Travis Kalanick, con un conductor de su servicio.
Hace dos semanas, Kanick publicó un post en la sección de noticias de la web en el que afirmaba de forma escueta que estaba buscando un número dos como director de operaciones, lo que suponía relegar al presidente dentro del organigrama de la startup.
El portal de noticias Recode ha publicado un comunicado en el que Jones se ha mostrado insatisfecho con las estrategias de Uber: "Ahora tengo claro que el enfoque hacia el liderazgo que ha guiado mi carrera profesional no es coincidente con lo que vi y experimenté en Uber, por lo que ya no puedo seguir como presidente".
Por su parte, el propio Kalanick ha confirmado los motivos de la marcha del ya expresidente: "Después de que anunciara nuestra intención de contratar un nuevo director de operaciones, Jeff tomó esta dura decisión porque no veía su futuro en Uber". Ha explicado que su anuncio acerca de buscar un número dos no significaba que tuviera que dejar la presidencia, pero sí que iba a pasar a ocupar un tercer lugar en un momento complicado para la compañía.
En medio de una guerra
Entre las controversias en las que se ha visto envuelta la compañía de San Francisco, está la campaña #DeleteUber, que se volvió viral después de que Uber fuera acusada de intentar boicotear una huelga de taxistas en Nueva York que protestaban contra la decisión de Donald Trump de impedir la entrada de inmigrantes a Estados Unidos. Esto le costó 30.000 usuarios menos y la renuncia de Kalanick a formar parte de un consejo asesor de Trump.
Por otra parte, a finales de febrero de este 2017, Waymo interpuso una demanda en contra de Uber y Otto, su división de camiones autónomos, donde se alega que la compañía de transporte robó importantes documentos clave. La batalla se ha intensificado y ahora Waymo pide bloquear las operaciones de Uber en coches autónomos.
Los taxistas también se han levantado en pie de guerra contra las empresas de servicios de alquiler con conductor como Uber, Lyft, Via, Juno y Gett, y las protestas más sonadas están teniendo lugar en ciudades como Madrid, Barcelona y Nueva York, ciudad en la que la compañía crece a un ritmo disparado. La startup va a tener que jugar muy bien sus cartas si no quiere ver un éxodo dentro de la empresa y la caída en picado de su imagen.
Vía | El País
Foto | Perfil de Facebook de Jeff Jones
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