Alemania trata de digerir un batacazo judicial celebrado por la esfera medioambiental y difícil de tragar para el gobierno y la industria automovilística. El máximo Tribunal Administrativo de Alemania ha fallado a favor de que los estados, ciudades y comunidades alemanas tengan carta blanca para prohibir la circulación de los vehículos diésel.
Para el gobierno, prohibir no es la solución y el ejecutivo de Angela Merkel está estudiando la sentencia y buscando alternativas al caos. Según informa The Financial Times, se está considerando introducir distintivos azules que permitan exenciones a vehículos comerciales y de emergencias, entre otros.
Pegatinas para evitar prohibiciones
Las autoridades en Berlín ven la idea de las pegatinas azules como una forma de garantizar que el país no termine con un mosaico de regulaciones diferentes y, a menudo, contradictorias. Además de permitir identificar su nivel de contaminación, suponen la exención para vehículos comerciales o servicios de emergencias, aunque no se espera que las prohibiciones se lleven a cabo a corto plazo.
Sin embargo, Hamburgo ha sido la primera ciudad en afirmar que ya está poniendo en marcha prohibiciones como respuesta a este histórico fallo.
Otras ciudades no han reaccionado tan bien ante la idea de prohibir y el alcalde de Düsseldorf advirtió que había presentado a los gobiernos locales una "tarea prácticamente irresoluble" que solo podía abordarse "a un costo enorme".
La idea de las pegatinas, aún sin especificar cómo se llevaría a cabo, cuenta con el fuerte apoyo del Ministerio de Medio Ambiente alemán, pero el Ministerio de Transportes se opone a ella y continúa insistiendo en que "va en la dirección equivocada". Ya en 2016 se propuso introducir la pegatina azul, pero la idea quedó estancada. Hasta ahora.
En Alemania, la industria automotriz emplea a unas 800.000 personas y el gobierno de Merkel se esfuerza por minimizar la posibilidad de que el diésel quede desterrado. Según las empresas, la aplicación de este fallo podría reducir el valor de reventa de hasta 15 millones de vehículos en Alemania.
Desde Ingolstadt, una ciudadana nos explica que existe una visión negativa del diésel:
"Muchos alemanes son reacios a comprar diésel porque en un futuro no van a poder usarlos o incluso venderlos. La prohibición tardará en implementarse pero igualmente si compro ahora un diésel después no podré venderlo". "Un amigo lleva intentando vender su coche diésel bastante tiempo y no hay manera. Ha tenido que bajar muchísimo el precio".
Verde, amarillo y rojo, pero no azul (de momento)
En 2006, una ley contra la contaminación atmosférica introdujo la obligatoriedad de llevar una pegatina en el coche que identifique el nivel de contaminación del vehículo. Estas pegatinas son tres: verde, amarilla y roja, siendo la primera imprescindible si se quiere acceder a las denominadas 'Zonas 'Ambientales'.
Esta ley se aplica a cualquier persona que conduzca en Alemania, ya sea residente o extranjero (también se aplica a los coches de alquiler). Incluso si el automóvil cumple con los estándares de contaminación de Alemania y la Unión Europea, la colocación del distintivo es obligatoria.
Berlín, Colonia y Hannover introdujeron por primera vez zonas ambientales restringidas en enero de 2008. Desde entonces, cada vez más ciudades y pueblos en toda Alemania se han sumado a la lista de lugares que tienen 'Umweltzonen'.