Cuando alquilas un coche y te llega a casa sin nadie al volante: la conducción remota se estrena en Reino Unido

Cuando alquilas un coche y te llega a casa sin nadie al volante: la conducción remota se estrena en Reino Unido
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Imagina que alquilas un coche a través de una app en tu móvil y que al rato llega a tu puerta, mientras su conductor está tranquilamente sentado en una oficina. Pues no es ciencia ficción ni un proyecto lejano: se trata de un servicio que, después de haber sido sometido a más más de un año de pruebas, se acaba de poner en marcha en Milton Keynes (Reino Unido).

Este curioso servicio de coches de alquiler ‘teledirigidos’ bautizado como ‘Fetch’ lo firma una compañía de coches de alquiler con base en Londres (Reino Unido), Imperium Drive, que aspira a expandirse próximamente por todo el país. Las voces en contra no se han hecho esperar.

No, no es un videojuego: es un coche de alquiler teledirigido

Este servicio pionero que el CEO de Imperium Drive, Koosha Kaveh, define como “coches de alquiler sin conductor, pero no autónomos”, por el momento cuenta con una flota de apenas cuatro coches (en este caso distintas versiones del Kia Niro, incluyendo dos eléctricos) que solo pueden operar en un radio de seis kilómetros respecto al centro de Milton Keynes.

En esencia, el funcionamiento de ‘Fetch’ parece sencillo: el cliente descarga la app y la compañía verifica su identidad y su historial de conducción (multas y/o puntos incluidos), como el resto de compañías de alquiler de coches. Después, el cliente puede alquilar un coche introduciendo en la app simplemente dónde, cuándo lo necesita y durante cuánto tiempo.

Un operador, como si estuviese manejando un dron, ‘conduce’ el coche a distancia y lo entrega en la fecha y el lugar indicado. Una vez finalizado el periodo de alquiler contratado, el operador del vehículo a distancia dirige el coche de vuelta a la base o al siguiente usuario.

“Con el objetivo de garantizar la seguridad de los ocupantes y de los demás usuarios de la carretera”, según Kaveh, los coches de la compañía han sido ampliamente modificados y, entre otras cosas, llevan instaladas varias cámaras y multitud de sensores que ofrecen al operador una visión de 360 grados.

Fetch
Fuente: Fetch

Además, los coches están conectados a través de redes 4G y 5G y su sistema operativo emplea complejos algoritmos para detectar cualquier vehículo, peatón, motorista o ciclista que se acerque al coche aún en condiciones climatológicas adversas, así como “sistemas de seguridad específicos anti-colisión”.

El equipo de Imperium Drive (con experiencia en el sector de las telecomunicaciones, robótica y desarrollo de tecnología para vehículos autónomos), ha tenido a prueba a sus vehículos por la ciudad donde ahora empiezan a operar durante más de 18 meses, en los que han completado más de 1.600 km sin registrar ningún incidente de tráfico.

Aun así, este servicio pionero está generando diversidad de opiniones y algunas dudas. No es de extrañar, pues aunque el conductor a distancia tenga un ángulo de visión razonable delante y alrededor de él a través de las cámaras, sigue sin estar físicamente en el vehículo, por lo que no puede percibir la realidad exactamente igual que si estuviera realmente al volante.

Además, la tecnología puede fallar en algún momento mientras el coche va sin conductor, o puede darse algún imprevisto o situación propia del tráfico que no se pueda resolver a través de una pantalla. Es más, ¿y si algo distrae al operador en la oficina, o simplemente le falla la conexión con el coche en un momento dado? Podría no acabar del todo bien.

Videojuegofecth
Fuente: 'Fetch'

Cierto escepticismo muestran también algunas entidades encargadas de la seguridad del Tráfico en el Reino Unido como el RAC, cuyo portavoz de seguridad, Simon Williams, opina que “aunque este sistema se ha probado con éxito, nos preocupa que la experiencia de conducir un vehículo a distancia de forma parecida a como se haría en un videojuego acabe alejando al operador de las posibles consecuencias reales para la seguridad vial”.

Como apunta la ley, estos operadores a distancia deben tener carné de conducir en vigor, residir en el Reino Unido y estar familiarizados con las carreteras de las zonas en las que su compañía operará. A la hora de manejar el coche a distancia, su velocidad máxima es de 50 km/h (con una media de 30 km/h).

En cuanto al precio del servicio, es flexible: los clientes pueden alquilar los coches por minutos (0,45 libras o 0,52 euros al cambio cada minuto), por horas (14 libras o poco más de 16 euros) o por días (99 libras, o 115 euros).

Ni excesivamente caro ni barato comparado con las tarifas actuales de los coches de alquiler del país. Que sea rentable o no, al final dependerá de muchos factores, aunque por ejemplo será una opción atractiva para quien tenga que ir al aeropuerto, sin necesidad de buscar (ni pagar) por el aparcamiento.

Tras operar un tiempo en el centro de la ciudad, el objetivo de la compañía es crear más centros regionales para poder conectar zonas urbanas e intercambiadores de transporte clave como el aeropuerto, para acabar extendiéndose por todo el país. “A corto plazo, ampliaremos los servicios de alquiler de coches a localidades cercanas, como Northampton y Luton”, dice Kaveh.

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