A comienzos de este año el gobierno de Cuba liberó la venta de vehículos nuevos y usados. Eso quería decir que teóricamente cualquier cubano podría comprarse un coche nuevo, moderno, sin necesidad de tener la "carta de autorización" como hasta el momento. Y digo teóricamente porque la realidad es que el mercado automovilístico poco o nada ha cambiado por allí.
Si atendemos a las cifras de ventas de vehículos nuevos, estas son absolutamente ridículas. Desde comienzo de año se han vendido en total 50 coches y cuatro motos en la isla. ¿El motivo? El principal lo encontramos en los precios desorbitados que los coches modernos tienen allí. Para que nos hagamos una idea, llegan a multiplicar por ocho el precio que tendría el coche en cuestión en un mercado como el nuestro.
Un generalista europeo del segmento C supera con creces los 60.000 euros al cambio en Cuba. Es un precio absolutamente desorbitado, y más si tenemos en cuenta que el salario medio en la isla es de 22 euros al mes. Esta situación ha hecho que en Cuba, el único mercado automovilístico que existe y se mantiene sea el que tiene lugar entre particulares.
El parque automovilístico de Cuba es uno de los más antiguos del mundo, ya que hasta hace sólo un par de años, los cubanos sólo podían comprar y vender coches vetustos, fabricados antes de 1959. Todo coche que fuese posterior a esa fecha estaba en manos del gobierno, y los únicos modelos nuevos que se pueden ver por la isla suelen corresponder a coches que el propio gobierno compraba y "adjudicaba" a funcionarios o médicos.
Sin duda la la liberalización del mercado automovilístico en Cuba supuso una excelente noticia. Lo que no ha sido tan buena ha sido la ejecución de esa liberalización, que sin duda está provocando que Cuba siga siendo durante muchos años un auténtico museo del automóvil rodante.
Imagen | Gabriel Rodríguez
En Motorpasión | Cuba vuelve a permitir la compra de vehículos nuevos y usados, y sin pegas