Esta semana hemos conocido la historia de un ciudadano jienense que ha tenido un choque contra la ITV. Se le quiso negar la inspección favorable de su Range Rover (modelo 1996, de las últimas unidades) porque presuntamente tenía faros antiniebla “ilegales”. O los quitaba, o los homologaba, es decir, que pasara por caja.
Nuestro héroe de la semana se llama Enrique Rodríguez García. Se compró en 2000 el coche, y ha pasado varias ITV sin problemas. El año pasado le tocó de nuevo, y por primera vez, los antinieblas originales le supusieron un problema. Sí, los tenía iguales que los de la foto de prensa del coche que encabeza este artículo.
Enrique, que es funcionario, tuvo que superar conocimientos legales para obtener su plaza, y vaya si los usó. Primero, retiró los faros, pero no se dejó atropellar, y reclamó. No tuvo éxito, y siguió la batalla administrativa por el noble motivo de que no le tomasen por “gili*****” (sic), y porque tenía razón: el coche estaba de serie.
Fracasado su primer intento de reclamación en la propia ITV, se dirigió a la Consejería de Innovación y Ciencia. La respuesta que le llegó, de Veiasa (la empresa que lleva la ITV de Jaén), fue la misma: o retirar faros, u homologarlos. A la tercera contactó con el Defensor del pueblo andaluz, y con Land Rover.
Obviamente, la respuesta del fabricante fue que el coche tenía su equipamiento original, y que como tal, debía superar la inspección de forma favorable. Contando con la opinión a su favor de Land Rover, se dirigió a la Junta de Andalucía (la administración autonómica) y se volvió a quejar.
No tuvieron más remedio que darle la razón. Enrique ha vuelto a poner sus faros, y le consta que la ITV de Jaén ha recibido instrucciones de que no vuelva a pasar algo así. Enrique lo hizo por dignidad, y sabiendo que tenía razón. La moraleja de esta historia es que si el coche es original, tiene que pasar ITV, salvo que presente otros problemas.
Si tenemos razón, tenemos razón, y hay que reclamar
Si no nos dan la razón por las buenas, nos la tendrán que dar por la vía administrativa. Yo mismo he vivido en mis carnes una zancadilla de la ITV, pese a cumplir toda la legislación aplicable, y sé que hay gente en situaciones peores. El único equipamiento que hay que homologar es el que no es original y se contempla como reforma, pero lo que viene de serie NO hay que homologarlo.
Con posterioridad a esta noticia, Enrique se volvió a dirigir al Diario de Jaén, en la sección de Cartas de los lectores, y añadió que no lo hizo por venganza ni por la indemnización, sino por dignidad. Quiero destacar una parte de su carta, en la que dice una verdad como un templo:
Ya con la resolución de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia en la que me dan la razón, podía haber iniciado el procedimiento de responsabilidad por el mal funcionamiento de un servicio público, que contempla la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y, con bastante probabilidad, la Administración responsable del servicio tendría que haberme resarcido por los daños y perjuicios sufridos sin la obligación legal de soportar.
En resumen: si tenemos un problema por un equipamiento original del coche, y tenemos razón, hay que seguir el procedimiento de Enrique, y dirigirnos a las autoridades competentes. Reconozco que la ITV es necesaria, y que hay abusos en los dos bandos, pero pese a todo, el ciudadano sigue estando amparado por las leyes.
Fotografía | Arkankel (II), Josep Camós (III)
Fuente | Diario de Jaén
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