O los fabricantes se apuntan a mantener el nombre de sus modelos o cada vez tendremos más casos de disputas de este tipo, está claro que las opciones se acaban y también hay mucho listo que aprovecha para hacer negocio registrando nombres que ven con posibilidades de vender posteriormente por cifras astronómicas. Algo así como pasaba con los dominios en internet.
Fiat versus Audi
Hace poco hemos tenido un caso de este tipo y que no ha sido premeditado. El Grupo Fiat está en posesión de dos nombres aparentemente inofensivos para el uso y disfrute de la marca. ¿No te suenan las denominaciones Q2 y Q4 en la marca Alfa Romeo? Q2 es para los modelos con autoblocante delantero y Q4 para las versiones con tracción total.
Pues ahora piensa en la marca de los cuatro aros y en la futura evolución de su gama de SUV... Sí, ahí hay lío porque con los impares Q1, Q3, Q5 y Q7 todo bien, pero Q2 y Q4 no podrá usarlo a menos que Fiat se decida a verder esas nomenclaturas. Y va a ser que no, al menos de momento o a un precio que la marca alemana esté dispuesta a pagar.
Una furgo frente a un F1
Vamos con otro caso, Ford y Ferrari. Curioso, a priori no parece que se puedan enfrentar claramente. No veo muy posible un Ferrari Mondeo, Ferrari Orion o Ferrari Fiesta (aunque muchos de ellos sólo se usen para eso, para ir a fiestas). ¿O es Ford el que la ha liado? ¿Ford 250 GTO? ¿Ford F40? ¿Ford Mondial Cabrio? No parece muy posible...
No, tenemos que irnos al mundo de la competición, a la Fórmula 1, y al año 2011 para encontrar el motivo de la gresca. Ferrari quería llamar a su nuevo monoplaza F-150, pero ese nombre lo usa Ford en una camioneta o pick-up desde hace un montón de años. Hubo denuncia por parte de Ford y Ferrari reculó llamando al coche F-150th (por los 150 años de la independencia italiana).
Duelo de titanes
También Aston Martin ha discutido con Porsche hace poco. Y es que la marca británica le plantó, sin cortarse un pelo, las siglas GT3 a su Vantage. Peeero Porsche tiene los derechos sobre esa mágica combinación de letras y números, así que el cochecito de 600 CV se rebautizó como Aston Martin Vantage GT12 antes de que la sangre llegara al río.
Y la más famosa también es con Porsche, pero esta vez fue la marca alemana la que intentó apropiarse de un nombre que no estaba libre de derechos, ¿adivinas? El 911. Si no hubiese sido por Peugeot, el Porsche 911 se llamaría Porsche 901, pero es que la marca francesa tenía los derechos de todos los números de tres cifras con un cero en el centro. Como puedes ver no se libra nadie...
¿Picardía española?
Y ahora nos volvemos a España y aparcamos los nombres para meternos en un fregado más gordo. Hasta el nacimiento del SEAT Ronda la marca española caminaba bajo el paragüas protector de Fiat. En 1982 cuando SEAT soltó la mano de la marca italiana para presentar su nuevo e independiente modelo basado en el Fiat/SEAT Ritmo y fue cuando se montó tan gorda que acabaron de juicios.
Fiat denunció ante el Tribunal Europeo de la Competencia a la marca española por plagio alegando que el Ronda era un restyling del Ritmo y no un modelo nuevo. Pero SEAT demostró que el número de piezas diferentes que incorporaba el Ronda respecto al Ritmo era suficiente (por los pelos) para considerarlo un modelo nuevo, así que ganó el juicio y se libró de pagar royalties a Fiat por el Ronda.
Y luego tenemos el caso de China, territorio sin ley en el tema de los plagios, porque encontramos coches chinos que son copias descaradas de modelos europeos. Allí te compras un Mercedes Clase E de hace un par de generaciones, un MINI, un Smart o, por ejemplo un Toyota Land Cruiser todos bajo otra marca y, por supuesto, estándares de calidad.
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