Decenas de agricultores franceses tomaron ayer el paso fronterizo de Le Boulou (autopista A-9) para frenar a los camioneros españoles que transportaban exportaciones de vino y cava. Y no sólo les bloquearon el acceso, sino que también vaciaron varios vehículos y destrozaron su mercancía ante la inoperancia de las autoridades francesas.
Ante estos incidentes, la impotencia crece entre transportistas y agricultores españoles, que piden al Gobierno que actúe de inmediato, denuncie los hechos y llegue a un acuerdo con Francia para frenar drásticamente estas protestas. De momento, el ministro de Comercio apunta que “debe primar el diálogo y evitar situaciones de agresividad”.
Un problema que viene de largo, “con una estrategia comercial” de fondo
Según denuncia un comunicado de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), este jueves los viticultores franceses “se han organizado en el municipio francés de Narbona para llevar a cabo una operación sorpresa y frenar las importaciones de vino españolas” en la frontera. El modus operandi de estos agricultores, al igual que sucedía ya en las décadas de 1980 y 1990 por ejemplo con la fresa, ha sido extremadamente violento.
Para evitar nuevos ataques, según afirma la CETM los Mossos d’Esquadra están desviando los vehículos pesados a La Junquera en colaboración con la Gendarmería francesa, pero esta solución temporal “resulta insuficiente” para acabar con el problema.
En este caso, la principal queja de los viticultores franceses es la importación de vino a granel que llega desde España, y que a menudo se embotella en Francia para su venta. Hoy por hoy, Francia es nuestro principal comprador de vino a granel, representando el 32 % del volumen total exportado y el 30 % de los ingresos de esas exportaciones de julio de 2022 a 2023, según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV).
La indignación y la impotencia de los trasportistas españoles se suma a la de los agricultores, que llevan tiempo enfrentándose a numerosas dificultades para sacar su producto adelante. Así, COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, también ha exigido "sanciones severas al gobierno francés” y para quienes han llevado a cabo los actos de violencia injustificados contra los camiones que transportaban productos agrícolas españoles.
El portavoz de la organización, Andrés Góngora, ha denunciado en ‘TVE’ que, “además de soportar pérdidas, derramarse el vino a granel y la quema de mercancías” se produjeron retrasos de horas, con camiones desviados hacia otros puntos que afectaron a productos perecederos como frutas y verduras.
Góngora asegura que ante esta situación “la policía francesa no actúa, se permite ese bloqueo durante muchísimas horas”. Asimismo, “ante la reiteración de estos actos vandálicos”, COAG ha exigido a la Unión Europea (UE) que actúe y que “garantice de forma efectiva y contundente la libre circulación de producciones agrícolas españolas en territorio francés”.
Por su parte, Miguel Padilla, secretario general de esta organización agraria, ha declarado a ‘El Mundo’ que “la crisis de rentabilidad que sufren los productores franceses también la estamos padeciendo los agricultores españoles”, en relación a las quejas de los viticultores galos a la hora de boicotear los productos agrícolas españoles.
La clave para Padilla es que en el fondo de todo esto “hay una estrategia meramente comercial mediante la cual se busca apartar a los productores españoles del mercado comunitario cuando las verdaderas responsables son las grandes cadenas de distribución, principalmente francesas, que abusan de su posición de dominio en el mercado para imponer precios por debajo de costes en el campo”.
Finalmente, tanto transportistas como agricultores reclamaban al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que realice una queja formal ante el Gobierno de Francia “por su desidia ante los recurrentes ataques a nuestros productos” de forma inmediata.
Como recoge ‘RTVE’, el ministro de Industria y Comercio en funciones Héctor Gómez, ya ha respondido. Aunque condena lo sucedido, de momento no se ha dado la contundencia que esperaban agricultores y transportistas:
“Para el Gobierno debe primar siempre el diálogo y el entendimiento, así como la búsqueda de acuerdo frente a situaciones que puedan provocar tensiones y no llegar a situaciones de conflicto y de agresividad”, ha dicho a su llegada a la reunión de ministros de Comercio europeos, de la que España ejerce la presidencia este semestre.
Aunque Gómez remarcaba que desde el Ejecutivo se “tenderá la mano para alcanzar acuerdos”, el ministro apuntaba a que el Gobierno español “no quiere condicionar ni generar ningún tipo de inestabilidad o problemática alguna al respecto, pero entiende que los cauces para la solución del conflicto deben ser otros”.