El Canal de Panamá está sufriendo nuevamente un enorme cuello de botella para el paso de buques de carga. Cerca de 130 barcos están en cola para cruzar con esperas de hasta 15 días. Esto está teniendo un fuerte impacto en el comercio internacional y provocando subidas de precio.
¿La razón? La sequía que sigue haciendo estragos en este estrecho de paso comercial. Y además el Canal de Suez tuvo que cerrarse ayer por el choque de dos barcos, aunque el tráfico ya se ha restablecido. Habría sido la tormenta perfecta tener una crisis en este otro paso como la sufrida en 2021.
Subastas de hasta 700.000 dólares para conseguir pasar antes
En la madrugada del lunes, 134 buques estaban en cola para cruzar el canal. Y el martes su número se había reducido muy poco: esperaban 128 barcos. Cruzar este estrecho artificial se puede hacer con reserva o sin ella. Los primeros tienen prioridad: el martes, de los buques a la espera, 54 tenían reserva y 74 no disponían de ella.
Lo normal es que sean unos 90 barcos los que aguarden el paso, según ha detallado la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a la Agencia EFE y que recoge El Diario.es. Así, cientos de barcos permanecen a la espera de poder cruzar, ya sea en la costa atlántica o del Océano Pacífico.
Mientras, el tránsito en las esclusas de ampliación neopanamax, de momento se mantiene el flujo habitual de 10 barcos al día.
Nuevas restricciones de paso por la sequía. Esta situación se está dando porque lleva semanas sin llover: el bajo nivel de agua de los dos lagos artificiales que abastecen el canal no está permitiendo llenarlo como debiera. Así, desde el 30 de julio se restringió el flujo a 32 embarcaciones al día, de un máximo de 38.
Días después, también se impusieron restricciones más exigentes del calado. Es decir, la profundidad máxima de la parte sumergida de los buques: ahora está a 44 pies (13 metros) a un máximo de 50 (unos 15 metros). Esto se traduce en que los buques tienen que pasar con menor carga, lo que impacta en el precio de los peajes.
Escalada de precios. Todo esto está ocasionando un retraso en que las cargas transportadas lleguen a puerto. Y a su vez, en una subida de precios, como señala El Economista. Primero por el desabastecimiento ante el retraso de los cargueros, que está dejando el stock bajo mínimos.
Pero también por la situación derivada de las mencionadas restricciones: pasa menos carga y además al haber aumentado los tiempos de espera se están realizando subastas para conseguir reservas y pasar antes. La ACP señala que se han llegado a pagar estos días hasta 700.000 dólares, sumando el peaje por cruzar el canal y el resto de costes del transporte.
Los más afectados son buques graneleros que transportan carbón y mineral de hierro, así como gaseros. Estas naves no siguen rutas fijas y transportan carga con poca antelación, por lo que no suelen contar con reserva. Para salvar el atasco monumental, los buques con hidrocarburos están optando por otras rutas, como el Canal de Suez o bien rodear el cabo de Buena Esperanza.
Restricciones desde 2019 y un complicado inicio de 2024 en el horizonte
Lo cierto es que los cuellos de botella llevan tiempo afectando al Canal de Panamá como consecuencia de la eterna sequía. Así, desde 2019, con un 20 % menos de lluvia, ya se empezó a recortar la cuota de barcos que lo cruzan. Y también el límite de calado por el nivel del agua. El último antes de julio, se aplicó a finales de mayo.
Por esta puerta entre Atlántico y Pacífico pasa el 6 % de comercio mundial, con unos 12.000 buques anuales pertenecientes a más de 160 países transitando. Las rutas principales que atiende son la de Costa Este de Estados Unidos-Asia, la de Costa Este de EE.UU.-Costa Oeste de Suramérica y la de Europa-Costa Oeste de Suramérica.
Por el Canal de Panamá pasa todo tipo de carga: portacontenedores (el más habitual), buques refrigerados con alimentos perecederos, gaseros, buques que transportan coches y vehículos o graneleros, entre otros. Se detalla que los portacontenedores son los que mejor están capeando esta crisis, ya que suelen tener reserva para realizar el paso.
Hay que tener en cuenta que los dos lagos que abastecen el canal, Gatún y Alhajuela, también surten de agua a más de la mitad de la población de Panamá. Es decir, a millones de hogares. De ahí, las políticas de restricción de paso ante la carestía de agua.
Y lejos de solucionarse, no pinta bien para los próximos meses: a la sequía actual, se sumará la llegada de El Niño, que empeorará la situación a inicios de 2024. Otro granito más a una situación ya convulsa del comercio internacional, que aún sigue viviendo la resaca de la crisis del coranavirus y la escasez de materias primas.