El mercado del crudo, sumamente volátil, se basa en predicciones futuras acerca lo de bien o lo mal que irá la demanda y de cómo anda la producción y el stock, por lo que cualquier decisión o mero aviso de los productores lo afecta de forma inmediata.
El último caso lo encontramos en un momento en que el petróleo sigue bajando de la barrera de los 100 dólares -y lo estamos notando en el surtidor-. Y ante una bajada continuada de precios, los países productores pueden actuar para que no continúe así, como ha advertido Arabia Saudí.
"El mercado se encuentra en un estado de esquizofrenia"
El Príncipe Abdulaziz bin Salman, líder de la OPEP+, ha advertido de que la organización "tiene el compromiso, la flexibilidad y los medios" para recortar la producción de petróleo "en cualquier momento y en diferentes formas, como ya se ha hecho repetidamente en 2020 y 2021".
La decisión de que haya más recortes en la producción busca impulsar los precios del mercado, como ya está ocurriendo tras el aviso.
Los futuros del crudo Brent -el de referencia en Europa-, subieron inmediatamente a 96,9 dólares el barril, mientras que el West Texas Intermediate hizo lo propio hasta los 90 dólares.
Arabia Saudí considera que el mercado se encuentra en un "círculo vicioso de liquidez muy escasa y volatilidad extrema", lo que asegura crea riesgos e inseguridades (las cuales irónicamente hacen ganar mucho dinero a los inversores).
Además, Salman considera que existe un "flujo de historias sin fundamento sobre la destrucción de la demanda".
El que es el mayor productor de petróleo del mundo había avisado anteriormente de que están listos para ofrecer "un aumento significativo" de la producción, pero únicamente si el mercado se enfrenta a una grave crisis de suministro este invierno.
"En cierto modo, el mercado se encuentra en un estado de esquizofrenia", ha sentenciado el líder de la organización.
Mientras tanto, Europa enfrenta una nueva interrupción en el suministro de energía debido al daño en un sistema de oleoductos que transporta petróleo desde Kazajstán a través de Rusia, unido a los temores de enfrentar el invierno con escasez de gas y de diésel.
De momento, la OPEP ha revisado a la baja la demanda de petróleo para 2023 para situarse en 29,8 millones de barriles al día; un millón más de lo que se prevé este año.