El Dieselgate, el escándalo más sonado de la industria de la automoción está tomando un rumbo digno de las mejores películas de suspense. El diario alemán Der Spiegel lo cataloga como "uno de los mayores escándalos de la historia económica de Alemania" y tiene como protagonista a los principales fabricantes alemanes.
Volkswagen, BMW, Audi, Daimler y Porsche están siendo investigados por la Comisión Europea por haber creado presuntamente un cártel que se remonta a los años 90. El objetivo sería discutir y acordar en secreto cuestiones relacionadas con costes, suministradores y la limpieza de emisiones de sus modelos diésel. Las acciones de las compañías se desplomaron el viernes, y es que los inversores se enfrentan a fuertes sanciones.
Un cártel industrial y político
Los reguladores antimonopolio de la Unión Europea están investigando las acusaciones que les han llegado de este posible cártel entre fabricantes alemanes. Se centran en que Volkswagen, BMW, Audi y Porsche podrían haber colaborado desde hace años para fijar los precios de los sistemas de tratamiento de emisiones de dióxido de carbono utilizando comités de la industria.
Además, podrían haber discutido su elección de proveedores y el precio de los componentes, y desde 2006 haber negociado el costo de AdBlue, un sistema de tratamiento de emisiones de gases de escape para motores diésel. Entre los detalles estaría el dimensionamiento de los tanques para el tratamiento de las emisiones de diésel de fluidos, acordando usar más pequeños, según Der Spiegel.
La dimensión del asunto afecta a 60 comités de la industria formados por unos 200 empleados que discutieron el desarrollo de vehículos, frenos, motores de gasolina y diésel, embragues y transmisiones, así como sistemas de tratamiento de gases de escape, informó Der Spiegel citando una carta enviada por Volkswagen a las autoridades del cártel el pasado 4 de julio.
Dicha carta fue enviada como respuesta a una investigación de las autoridades alemanas de la competencia sobre un posible cártel del acero. En el documento, la firma alemana admitió un posible comportamiento contrario a la competencia, pero se desconoce si las actividades descritas en el informe pueden considerarse ilegales.
Las empresas declaradas culpables de violar las normas del cártel de la Unión Europea se enfrentan a multas de hasta el 10 % de su facturación global. Un escándalo que se ha extrapolado no solo a la industria, también a la esfera política.
De ser cierto, ¿cómo es posible que el gobierno y el sector no supieran nada durante años? Es lo que se preguntan varios políticos, como el líder parlamentario de Los Verdes, Toni Hofreiter, al que le resulta difícil de creer que la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), que trabaja en estrecho contacto con los fabricantes, no supiera nada.
El líder ha aludido a la canciller alemana Angela Merkel al hablar de amiguismos entre el Gobierno federal y la industria y ha atacado duramente al Ministro de Transporte.
BMW lo niega mientras aumentan las llamadas a revisión voluntarias
BMW emitió ayer un comunicado rechazando "categóricamente" las acusaciones y alegando que la tecnología específica de BMW garantiza bajas emisiones en la conducción real.
"BMW Group rechaza categóricamente las acusaciones de que los vehículos diésel Euro 6 vendidos por la compañía no proporcionan un tratamiento adecuado de los gases de escape debido a los tanques AdBlue que son demasiado pequeños", ha declarado.
También ha comunicado que las conversaciones con otros fabricantes sobre los tanques AdBlue tenían su razón de ser en crear una infraestructura para operarlas en toda Europa.
La firma bávara ha afirmado que llevará a cabo una actualización voluntaria del software de los vehículos diésel Euro 5 sin coste para los clientes, con el objetivo de reducir emisiones. Esto se enmarca dentro de un plan de medidas que la industria y las autoridades están diseñando de cara a la denominada 'cumbre del diésel', que se celebrará el próximo 2 de agosto en Berlín.
Por su parte, Mercedes-Benz llamó a revisión voluntariamente más de tres millones de motores diésel en Europa. La idea es que el cliente que lo desee pueda llevar su coche al taller oficial para una modificación gratis de su software con el objetivo de reducir las emisiones, sobre todo de NOx, de su coche.
Más recientemente, Audi también ha anunciado cambios encaminados a evitar cualquier problema futuro con sus motores diésel y anunció cambios en los motores diésel para 850.000 V6 y V8. Ninguna de las dos firmas han admitido haber hecho nada mal.
Tendremos que estar atentos a la 'cumbre del diésel', donde los fabricantes automovilísticos alemanes y los presidentes de los estados federados buscarán soluciones medioambientales al asunto. Todo queda en casa.