El volquete eléctrico más grande del mundo es una obra de ingeniería colosal, pero para funcionar necesita un invento del siglo XIX

El volquete eléctrico más grande del mundo es una obra de ingeniería colosal, pero para funcionar necesita un invento del siglo XIX
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La minería es un sector aún muy contaminante, así que desde hace tiempo se están probando soluciones con camiones eléctricos. El problema son las baterías, que han de ser enormes para alimentar los gigantes sobre ruedas que operan en las minas, como los camiones volquete.

Esto supone un extra de peso que lastra su hacer, ya que deben trasladar el material. Por otro lado, está la traba de la autonomía: si hay que cargarlos están horas inactivos. Así, se han planteado varias soluciones como el intercambio de baterías. Y ahora también se está probando un viejo concepto: el del trolebús.

Una mole eléctrica que recarga mientras trabaja

Es lo que está haciendo este enorme camión volquete eléctrico de Hitachi Construction Machinery, que desde junio está firmando la primera prueba de viabilidad de un vehículo de batería completa en entorno real: la enorme mina de cobre y oro Kansanshi de First Quantum Minerals, en Zambia. Ambas empresas se han asociado en la tarea de reducir emisiones en sus minas.

Basado en un dumper EH 4000 AC-3, se ha sustituido su gigantesco diésel Cummins de 16 cilindros por un sistema eléctrico para lo que han colaborado con la tecnológica especialista en sistemas de electrificación ABB. Su batería se alimenta gracias a un circuito por catenaria, en combinación con un sistema de frenada regenerativa.

Así, en pendientes que es cuando más se exige energía, la toma del circuito eléctrico elevado gracias a su pantógrafo. En la bajada a la mina regenera la batería, para tener disponible suficiente energía en el llenado en la mina. Y tras salir de ella, vuelta a empezar.

Ciclo con sistema de catenaria en la mina para camión eléctrico de volquete

Este ciclo y el hacer del camión es precisamente lo que se está testando en esta mina de Zambia: verificar los ciclos de carga y descarga, así como el desempeño del camión con cargas reales al desplazarse, girar y detenerse.

Recurrir a un sistema basado en catenarias permite reducir el tamaño de la batería y así poder asumir más carga de transporte, para acercarse lo máximo a la de un camión diésel y ser lo más productivo posible. Y es que este tipo de dumpers, si son eléctricos, exigen paquetes enormes de batería: las de este eDumper eran de 4,5 toneladas para 600 kWh de capacidad.

El EH AC-3 sobrepasa a este eDumper en dimensiones: en esta versión supera los 14 m de largo y los 7,0 m de alto, con un peso de 163 toneladas. Por lo que exigiría baterías aún más grandes. En todo caso Hitachi no especifica el tamaño de la batería de este camión volquete y tampoco su capacidad.

También se elimina la necesidad de recargar la batería, ya que lo hace mientras trabaja, además de aumentar su ciclo de vida, según defienden sus creadores. A esto se añaden menores costes: las baterías siguen siendo los dispositivos más costosos de los vehículos eléctricos.

Más sentido en minería que en transporte por carretera. Recurrir a catenarias es algo que también se ha probado con camiones eléctricos de transporte por carretera para ahorrarse las cargas y que puedan llevar mercancías sin descanso. Pero no son viables debido a la enorme infraestructura que requieren.

En estos test, para 40 km, se necesitó una inversión de 190 millones de euros. Un montante que no compensaba para las emisiones que ahorraban respecto a camiones de motor diésel: en el mejor de los casos a un máximo del 22%.

Pero en minería el circuito de catenarias es menor, más si cabe si sólo se instalan en puntos críticos como las pendientes de subida. First Quatum señala que ya cuenta con parte de la infraestructura necesaria para estos camiones volquete con batería completa, por lo que la inversión es menor. De resultar finalmente viable será un importante paso hacia la minería verde.

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