El futuro del automóvil parece estar escrito y será eléctrico. Coche eléctrico puro o de pila de combustible, en los dos casos se van a necesitar baterías. Y eso implica una cantidad ingente de metales y tierras raras.
Algunas de las materias primas y de los metales utilizados para fabricar las baterías de los coches eléctricos, más habituales son el grafito, el litio, el cobalto y el níquel. Y actualmente su demanda supera con creces la oferta.
Según lun estudio de Benchmark, se necesitarán 384 nuevas minas en los próximos diez años para poder satisfacer la demanda de la industria. De lo contrario, el coche eléctrico seguirá siendo el futuro durante varias décadas sin conseguir ser algún día el presente.
Y tampoco es que el reciclaje de las baterías vaya a ayudar mucho, aseguran en ese análisis, pues teniendo en cuenta el reciclaje la necesidad de nuevas minas sería entonces de “sólo” 336.
Así, según este estudio, el mundo tendrá que abrir al menos 74 minas de litio, 62 minas de cobalto, 72 minas de níquel, 97 minas de grafito natural y 54 plantas de grafito sintético.
En la actualidad hay más de 13 minas de litio que extraen roca con contenido de litio, siendo el Australia el primer proveedor mundial y más del 75% de esas extracciones se refinan en China.
Para hacernos una idea, esas 13 minas extrajeron en 2022 unas 747.000 toneladas de litio. El problemas es que según este estudio serán necesarias 4,4 millones de toneladas a finales de 2035 para satisfacer la demanda. Y según, Volkswagen, las reservas mundiales de litio alcanzan un máximo de 14 millones de toneladas.
Hay que tener en cuenta también que para poner en marcha una mina de tierras raras o de litio, se necesitan cinco años antes de poder empezar a extraer el mineral.
Y como sabemos, la minería de metales raros y de litio no es una actividad muy ecológica si no se toman todas las medidas necesarias y realizan los estudios pertinentes de forma independiente. Y eso puede alargar aún más el proceso de puesta en marcha de nuevas minas.
El reciclaje de las baterías puede ayudar a reducir la necesidad de nuevas minas, pero los autores del estudio estiman que no será una fuente importante de reciclaje durante la próxima década.
Al fin y al cabo, los coches eléctricos que se venden actualmente no se enviarán al desguace hasta dentro de diez años. Además, no son tantos como para poder suponer un impacto realmente notable en el reciclaje en 2035.
El tiempo corre
No todo se resumen a una cuestión de nuevas minas. Esta la cuestión del refinado, por supuesto, sino también el de la fabricación de las baterías. Volkswagen, en 2017, ya avisaba que se iban a necesitar muchas fábricas de baterías para poder lograr los objetivos impuestos. Se hablaba del equivalente a 40 Gigafactorías Tesla como la de Nevada. De lo contrario, podría haber penuria de baterías.
La necesidad de nuevas minas y una previsión de demanda tan alta para 2035, no hacen sino poner entredicho la obligación para 2035 de un mercado en el que sólo se vendan coches eléctricos.
Y es que cuando la demanda supera la oferta, eso conlleva una subida de precios. La consecuencia serán coches eléctricos caros y un mercado de coches nuevos mucho más pequeño que en la actualidad.
Si no se llega a abastecer la demanda de coches eléctricos y de baterías de grandes dimensiones, como en la actualidad, otras tecnologías empezarán a cobrar más sentido, como la pila de combustible de hidrógeno, que si bien necesita una batería no tiene que tener una gran capacidad. Puede incluso que los e-fuels, o combustibles sintéticos, terminen por hacerse un hueco en el automóvil y no sólo en el transporte aéreo.
Por supuesto, también hay ciertas esperanzas en el desarrollo de nuevas baterías con mayor densidad energética y menos voraces en materas primas raras o bien que permitan recargas rápidas diarias, como las de estado sólido.
Sin embargo, ya sean la apertura de nuevas minas o la llegada a nivel comercial de nuevas tecnologías, nada nos garantiza que para 2035 estén en marcha y puedan responder a la necesidad de movilidad eléctrica de medio mundo.