El pasado 5 de enero, los viajeros a bordo de un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines vivieron una auténtica pesadilla cuando, sólo siete minutos después del despegue, un panel del fuselaje salió despedido creando un gran agujero. Entonces la cabina se despresurizó rápidamente, poniendo en serio peligro las vidas de 174 pasajeros y los seis miembros de la tripulación.
Afortunadamente los pilotos pudieron realizar un aterrizaje de emergencia en Portland (Oregón, EEUU) y no hubo víctimas que lamentar. Sin embargo, este es sólo el último incidente de muchos en la turbulenta historia de este modelo de avión en cuestión: varios ex directivos e ingenieros de la propia Boeing lo tienen claro: “No volaría en absoluto en un 737 Max”.
Volar en avión sigue siendo muy seguro, pero no en un Boeing 737 Max 9
“No volaría en absoluto en un avión Max”, ha dicho el ex alto directivo del programa 737 de Boeing Ed Pierson a LA Times. “He trabajado en la fábrica donde fueron construidos, y vi la presión bajo la que estaban los empleados para apresurar la salida de los aviones. Intenté que los cancelasen antes del primer accidente”, añadía.
Este avión ya fue inmovilizado en 2019, tras dos terribles accidentes en Indonesia y Etiopía que se cobraron la vida de 346 personas, lo que llevó a una revisión intensiva del modelo que concluyó con un fallo en el software como la causa principal y lo tuvo paralizado más de año y medio. Entonces, una investigación del Congreso de Estados Unidos, reveló que el modelo “tenía fallos en el diseño” que Boeing habría preferido ocultar.
Ed Pierson, que abandonó las filas de Boeing en 2018 y ahora es director ejecutivo en la Fundación para la Seguridad Aérea de EEUU, ha dejada claro en ABC7 San Francisco que está preocupado porque el avión vuelva al servicio: “Si tuvieras un coche nuevo al que se le cae una pieza y el mecánico dijera: 'Oye, estoy encontrando más cosas mal, pero aquí tienes, listo para salir a la carretera', probablemente tendrías algunas preguntas”.
En la misma línea, el ex ingeniero de Boeing Joe Jacobsen avisa: “Le diría a mi familia que evitara el Max”. “Se lo diría a todo el mundo, de verdad”.
En las fotos del incidente tomadas por los pasajeros se puede ver un gran agujero donde debería haber una salida de emergencia del avión. Esto se debería a que Alaska Airlines tomó la decisión de sellar estas puertas en sus 737 Max 9, porque la cantidad de asientos en este modelo “no justificaría la necesidad de una salida de emergencia adicional”, pero no las selló correctamente.
Al menos, a eso apuntan los resultados preliminares de la investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTBS) sobre lo ocurrido el 5 de enero, que señalan que el panel de fuselaje que tapaba la puerta de salida media (MED) no contaba con los cuatro pernos que lo aseguraban al fuselaje de la aeronave. “Los dos pernos de detención de movimiento vertical, los dos pernos de la guía superior y la bisagra inferior delantera faltaban y no se han recuperado”, se lee en el informe.
El panel que se desprendió durante el vuelo y que fue encontrado en una vivienda de Oregón, no registró daños o problemas de fabricación señaló la NTSB, quien además acudió a las instalaciones de Boeing, en Washington, para conocer el proceso de fabricación de los componentes.
Asimismo, el informe apunta a que, las fotos obtenidas de Boeing “muestran evidencia del panel MED izquierdo estaba cerrado sin elementos de retención (pernos) en las tres ubicaciones visibles” por lo que “la investigación continúa para determinar qué documentos de fabricación se utilizaron para autorizar la apertura y cierre del fuselaje durante el repaso del remache”.
El avión implicado en el incidente prácticamente se acababa de incorporar al servicio: despegó por primera vez en noviembre de 2023 y hasta la fecha sólo había volado 145 vuelos. Según Cirium, aún hay 215 aviones Max 9 activos a nivel mundial. La mayoría están en EEUU y Alaska y son propiedad de United Airlines.
Aunque este incidente plantea cuestiones sobre la seguridad de los aviones, y ha desatado la mayor crisis de la historia en Boeing, tal y como muestran los datos la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) volar sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros.
En seguridad aérea, se emplea la letra “Q” para referirse a la probabilidad de fallecer en un vuelo seleccionado al azar. Para nosotros, este valor de Q sería de 1 entre 60 millones. Esto quiere decir que, de media, podríamos coger un avión diario durante aproximadamente 241 años antes de sufrir un accidente aéreo. Aunque a la vista de los acontecimientos, no en Boeing 737 Max 9.