La Comisión Europea mantendrá su objetivo de vender sólo coches eléctricos nuevos a partir de 2035 en Europa. No obstante, al ser reelegida en el cargo, la presidenta Ursula Von der Leyen aseguró que “hará una modificación de la política automovilística para permitir los e-fuels”, abriendo la puerta a combustibles sintéticos que se obtengan de fuentes renovables.
Aquí es donde entra el metanol verde, un potencial combustible para el futuro: además de utilizarse en la industria, ya propulsa grandes buques de carga como los de Maersk, la naviera más importante del mundo. Pero, ¿podrá sustituir algún día a la gasolina o al diésel? A priori, lo tiene difícil, porque se necesita hidrógeno verde para producirlo… pero no es imposible.
Metanol verde: qué es, cómo se produce y para qué puede usarse
Lo primero es tener claro los conceptos: ¿Qué es el metanol? ¿Y el metanol verde? El metanol (CH₃OH), también conocido como alcohol metílico, es un compuesto químico muy demandado dada su multitud de aplicaciones industriales: como disolvente, anticongelante, en materiales de construcción y en la producción de combustibles sintéticos, entre otras.
Gracias a su presentación en forma de líquido ligero a temperatura ambiente resulta sencillo de transportar, almacenar y es más seguro de manipular que el hidrógeno, por ejemplo.
Este compuesto se puede utilizar, además, tanto en motores de propulsión interna como para alimentar pilas de combustible. Pero para que sea considerado metanol verde, su producción ha de provenir de fuentes de energía limpias como el hidrógeno verde, además de utilizar sólo energías renovables en el proceso y no emitir gases contaminantes en ninguna de las fases del mismo.
Este compuesto químico puede utilizarse como combustible líquido bajo en carbono y plantea una alternativa prometedora al combustible fósil en áreas con un gran desafío de descarbonización como el transporte marítimo.
Por ejemplo, los barcos (tanto para el transporte de mercancías como para el de personas), contaminan muchísimo: sólo en 2022 los cruceros emitieron en la UE tanto óxido de azufre como 1.000 millones de automóviles.
En el ámbito de la automoción, además de la china Aiways, Karma Automotive fue una de las marcas pioneras en explorar soluciones como la posibilidad de emplear metanol como vector del hidrógeno para desarrollar pilas de combustible. Después ese hidrógeno verde que alimenta la pila de combustible, liberaría la electricidad necesaria para alimentar a un coche eléctrico.
Pero lo cierto es que hasta hoy, la inmensa mayoría del metanol que se produce se genera a partir de gas natural, estando vinculado directamente con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Qué tipos de metanol hay y qué ventajas e inconvenientes tiene
Al igual que otros compuestos o materiales, el metanol suele clasificarse en base al grado de sostenibilidad de su proceso de producción, convirtiéndolo en una materia prima más o menos respetuosa con el medio ambiente, y por tanto más o menos útil para contribuir a la descarbonización. Así, principalmente encontramos metanol verde, metanol azul o metanol gris.
- Metanol verde: como mencionábamos antes, se produce utilizando solo fuentes de energía renovables en el proceso y asegurándose de que no se emiten gases nocivos a la atmósfera. Generalmente se divide en:
- Biometanol: es el producido a partir de la gasificación o combustión a una temperatura de entre 700 y 1.500 ºC de fuentes sostenibles de biomasa, como restos ganaderos, agrícolas y forestales y residuos urbanos.
- e-metanol: se produce a partir de hidrógeno producido con electricidad renovable (lo que llamamos hidrógeno verde) y de dióxido de carbono capturado.
- Metanol gris: se obtiene por reacción de síntesis a partir del metano presente en el gas natural (o en algunos casos, como en China, proveniente todavía del carbón). No es por tanto una energía renovable o limpia.
- Metanol azul: también se obtiene por síntesis derivado del gas natural, pero incluye como parte del proceso la captura y almacenamiento del carbono generado durante su producción, convirtiéndolo en un producto menos contaminante.
Por su densidad y características, sobre el papel el metanol verde sería menos arriesgado que manipular hidrógeno, se podría almacenar y distribuir prácticamente como la gasolina y el diésel y no debería tardarse mucho en repostar. Pero su producción sigue siendo anecdótica en ciertos ámbitos, el proceso no es 100 % eficiente y por lo tanto todavía es difícil pensar en producción de metanol verde a gran escala.
Cada vez más proyectos para el desarrollo de metanol verde en España
El hidrógeno verde está presente en la hoja de ruta de cualquiera de los actores económicos y políticos responsables de encarar la actual crisis energética y de facilitar el cumplimiento de los objetivos de cero emisiones marcados para 2050. Ahora, el interés por la producción de metanol verde abre una nueva oportunidad de crecimiento al sector de hidrógeno verde para la generación de e-metanol. Un win-win
La expansión del metanol verde como combustible alternativo a los de origen fósil resultaría especialmente atractiva para la industria marítima ya que, al ser líquido a temperatura ambiente, es mucho menos costoso de almacenar y transportar que los gaseosos, y posee a su vez la huella de carbono más baja de todos los combustibles líquidos.
Cada vez más grandes multinacionales como la naviera danesa Maersk se lanzan a proyectos de producción de hidrógeno verde para la generación de e-metanol con el que ir descarbonizando su flota de transporte de mercancías de forma progresiva. Ejemplo de ello es el proyecto millonario que, junto a Cepsa, llevarán a cabo en Huelva.
Con una inversión de unos 1.000 millones de euros (que deberá ratificarse como máximo en 2025) la de Huelva será la mayor planta de metanol verde de Europa y una de las cinco mayores del mundo: se espera que “tendrá capacidad para producir 300.000 toneladas de metanol verde al año”.
También Iberdrola, junto a la empresa Foresa, ya tiene otros proyectos en marcha como “Green UMIA” en Pontevedra, con un presupuesto de 40 millones de euros. Esta alianza para la producción de metanol verde en España, pretende lograr el reemplazo del metanol gris por metanol renovable, como primer paso de un profundo proceso de descarbonización en Galicia.
Ambas compañías estiman “lograr una reducción de 58.000 toneladas de CO2 durante los primeros 10 años de funcionamiento de la planta” y producir 2.900 toneladas al año de metanol renovable, que serán utilizadas por la propia Foresa en gran variedad de industrias.
Este tipo de proyectos, además de generar miles de empleos, podrían ayudar a posicionar a España como un hub global líder en energías sostenibles, en plena transición energética. Pero de momento, sólo son eso: proyectos.