Una isla artificial en el mar del Norte proyectada como un centro energético gigantesco, que almacene la energía generada por las turbinas eólicas marinas y que surta de electricidad a diferentes países europeos. Este ambicioso proyecto existe, se puso sobre la mesa en 2020 y se esperaba para 2030.
Pero desde entonces, y aunque se están dando pasos para hacerla posible, se ha retrasado varias veces. La nueva fecha prevista para que esté lista en 2036, pero aún no ha comenzado a construirse. Puede que nunca lo haga.
Un continente artificial en medio del mar con una capacidad de 10 GW
El gobierno de Dinamarca proyectó la construcción de estas islas energéticas. Y es que en realidad son dos: una en el mar del Norte y otra en el mar Báltico. La primera es la piedra angular de este plan: una isla artificial concebida desde cero y enorme. La otra, más pequeña y con menor capacidad energética, estará en la isla Bornholm.
Este ambicioso proyecto también forma parte del acuerdo alcanzado en la segunda Cumbre del mar del Norte, para acelerar el impulso de la energía eólica en las aguas del continente europeo. Fue rubricado por varios países como la propia Dinamarca, Alemania, Francia o Países Bajos.
Pero lo que la Agencia Danesa de Energía señaló como el comienzo de una "nueva era" sigue bastante en pañales y se ha tenido que redefinir porque no es viable económicamente. Además debe obtener los permisos medioambientales. También sigue en tela de juicio que merezca la pena su inversión.
Una isla como batería gigante para los aerogeneradores. Que esta isla artificial se ubique en el mar del Norte tiene una razón: los vientos de esta zona permiten producir una inmensa cantidad de energía verde gracias a los aerogeneradores marinos.
Dinamarca ya cuenta con un generoso parque eólico en el mar del Norte: el de 'Horns Rev 3', con un total de 49 aerogeneradores y con una capacidad total de 407 MW. También tiene otros en proyecto, como el de Thor, que ya ha comenzado a poner sus cimientos. Su capacidad prevista es de más de 1 GW con más de 72 aerogeneradores.
Las renovables tienen un problema: pueden generar grandes picos de energía según las condiciones climáticas. Son por tanto intermitentes y es vital que su excedente se almacene, para que no se desaproveche. Es precisamente lo que pretende hacer esta isla artificial.
Energía para 10 millones de hogares. La isla energética del mar del Norte será enorme: se estima que tendrá el tamaño de 18 campos de fútbol (120.000 m²), pero que podría irse ampliando para ser tres veces más grande. En su fase inicial, cuando eche rodar tendrá capacidad para 3 GW y con su expansión podría llegar a los 10 GW. Estará ubicada a unos 100 km de la costa danesa.
La energía de varios parques eólicos marinos se agrupará mediante tecnología de corriente continua de alto voltaje (HVDC). En la primera fase serían tres parques eólicos, con 200 turbinas, llegando a ser siete con más de 450 aerogeneradores.
En total, se promete que provea de electricidad verde a un total de 10 millones de hogares cuando esté a pleno rendimiento, inicialmente lo hará a tres millones de casas. No solo en Dinamarca, si no en otros países vecinos como Alemania, Reino Unido, Noruega o Suecia.
Se trata no obstante de una obra de ingeniería mayúscula, pues requiere de cimientos resistentes a las corrientes del mar del Norte. Y a su vez, debe ser respetuosa con el medio ambiente. El objetivo es que su diseño no interfiera en la flora y fauna marina.
Dada la magnitud del proyecto, Dinamarca prevé controlar al menos el 50,1 % de las islas: la artificial del mar del Norte y la más pequeña del mar Báltico. Eso se traduce en inversión público privada. Empresas como Energinet y 50Hertz están trabajando en este proyecto.
Seis años más tarde y muchas incógnitas. Lo último que sabemos de esta faraónica megaconstrucción es que ha vuelto a retrasarse. Inicialmente se esperaba que estuviese lista en 2030, luego se proyectó 2033 y ahora hemos pasado al año 2036. El motivo, según lo señalado por el Gobierno danés: el aumento de costes y los altos tipos de interés.
Según Lars Aagaard, ministro de energía danés, la inversión prevista supera los 200.000 millones de coronas danesas (cerca de 27.000 millones de euros) con unos 50.000 millones de coronas de apoyo estatal (6.700 millones de euros). El coste ha aumentado respecto a las proyecciones iniciales, aunque no detallan cuanto. Esto se debe al aumento de precio de la materias primas, así como de los tipos de interés.
La solución pasa porque Alemania se sume al proyecto y aporte también financiación. Ambos países ya suman fuerzas con un megatúnel submarino que ya se está construyendo, aunque el camino para ponerse de acuerdo ha sido largo. Precisamente por motivos económicos. Con Bélgica ya fracasaron en este aspecto, pues inicialmente el proyecto iba a ser entre ambos países.
Además, está pendiente de los permisos medioambientales, para lo que ya se están realizando excavaciones y estudios. Se estima que podrían estar listos en 2025, pero de nuevo es en teoría.
Menos ambiciosa es la otra isla energética, que se pretende construir en la isla de Bornholm, con una superficie de 589 km² y más de 39.500 habitantes censados. En su caso no exige concebir un enorme continente artificial sobre las aguas, pero de momento está sobre el papel. En su caso, sería capaz de surtir 2 GW, empezando por los propios hogares de la isla.
Dinamarca es el país que mayor porcentaje de energía renovable atesora en su mix energético: un 67 % de la electricidad bruta que produce proviene de fuentes verdes, en su mayoría eólica (57 %). En 2022, era del 49 %. Almacenar la energía producida por sus aerogeneradores marinos es vital, pero quizá han pecado demasiada ambición con este macroproyecto que de momento quiere ser, pero no es.