La start-up con sede en Japón, PowerX, acaba de presentar el que será el primer buque cisterna eléctrico del mundo diseñado específicamente para almacenar y transportar energía renovable desde aquellos lugares donde se produce en exceso hacia las regiones que más la necesiten.
Bautizado como “X”, este buque cisterna eléctrico de 140 metros de eslora alimentado por 96 baterías LFP forma parte del ambicioso “Proyecto de Red de Energía Oceánica” de la empresa japonesa. Se prevé operativo para 2026 y tiene unas características que lo hacen muy particular.
Más que un barco eléctrico para transportar energía
Aunque el mundo avanza cada vez más rápido hacía un futuro más sostenible y la electrificación del transporte terrestre ya está en marcha (y el aéreo cada vez presenta avances más significativos), el marítimo necesita alternativas más allá de los combustibles sintéticos.
Según un estudio elaborado por la Organización Marítima Internacional (OMI), el sector del transporte marítimo emite a la atmósfera más de 1.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año. Pero por las características de estos auténticos colosos, hacerlos más eficientes a priori no es nada fácil.
La idea de la start-up japonesa liderada por Masahiro Ito, PowerX, no solo es avanzar en la electrificación de los buques de mercancías, sino que quiere ir un paso más allá transportando energía renovable por todo el mundo y establecer una “red eléctrica oceánica” de energía renovable.
Para cumplir su ambiciosa misión, el primer “barco cisterna de transferencia de energía” de la compañía, ya en producción, tiene 140 m de eslora y una autonomía de hasta 300 km, por lo que de momento podrá cubrir trayectos cortos “para transportar energía limpia sobre todo procedente de la energía eólica marina, de una red a otra o a una isla” en Japón, avanza el CEO.
Concretamente, el buque eléctrico está equipado con 96 baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) con una capacidad total de 241 MWh y una “vida útil garantizada de más de 6.000 ciclos”.
Un sistema de control de potencia (que también cuenta con componentes especiales de control de emisiones de gases y extinción de incendios) supervisa los sistemas de baterías y los controladores de carga, e informa de la autonomía restante.
La empresa cree que estos buques cisterna de baterías pueden almacenar y transportar el exceso de electricidad producida a partir de fuentes renovables desde regiones con más abundancia a otras en desventaja geográfica, aprovechando muchas instalaciones ya existentes en los puertos (ahora en desuso y/o obsoletas).
Para ello, “las centrales térmicas fuera de servicio o inactivas ubicadas cerca de los puertos pueden ser adaptadas como puntos de carga y descarga para los buques cisterna de baterías, donde la energía se transmite a los usuarios a través de conexiones en la red terrestre, lo que además permite un uso más efectivo de la energía renovable”, afirma el CEO de PowerX.
Conscientes de que les queda mucho trabajo por delante, desde PowerX afirman que el diseño de sus baterías “es altamente escalable y ampliable”, lo que permitirá que sus barcos puedan albergar más baterías en un futuro no muy lejano, a medida que puedan ir disminuyendo los costes de producción. Así, también se podrán construir buques eléctricos de transporte más grandes que abran algo más el horizonte.
El objetivo más inmediato de la empresa es completar su primer buque “X” para 2025 y tenerlo operativo para el año siguiente, cuando finalicen las pruebas de campo. Entonces, el buque cisterna eléctrico podrá empezar a conectar redes eléctricas, parques eólicos marinos e islas con energía renovable donde los cables subterráneos no son ideales por la actividad sísmica, las aguas profundas, etc.
Para ello, ya tiene en marcha acuerdos con otras compañías como Kyushu Electric Power Co y con el gobierno de Yokohama (capital de la prefectura japonesa de Kanagawa). Además, a finales de este año PowerX creará una nueva empresa, "Ocean Power Grid Inc", que se encargará de coordinar las operaciones de los buques cisterna de baterías.
La start-up, que ya reveló el verano pasado parte su hoja de ruta, fabricará sus baterías en su primera gigafactoría de Japón, con una capacidad de producción anual de 5 GWh. Además, fabricará baterías estacionarias a escala de red, baterías marinas, y tiene en marcha otras soluciones como su ‘Hypercharger’, un cargador ultrarrápido para vehículos eléctricos de hasta 240 kW alimentado por energía renovable.