Alemania se está preparando para un posible racionamiento del gas en caso de que se interrumpan las entregas previstas desde Rusia. Así lo ha confirmado el ministro alemán de economía, Robert Habeck, que ya ha activado la “fase de alerta temprana” de su ley de emergencia (la primera de tres).
Este movimiento se produce días después de que Vladimir Putin haya exigido que los pagos del gas se realicen obligatoriamente en rublos para poder reflotar el sistema financiero ruso y devolver a su moneda el valor que ha perdido tras la invasión de Ucrania.
Asimismo, y según el Finantial Times, Austria podría seguir el ejemplo del país germano en los próximos días.
La dependencia del gas ruso eleva las tensiones en Europa
Aunque la primera fase de la ley de emergencia alemana no implica la intervención estatal, Habeck ya ha hecho un llamamiento a las empresas y a los ciudadanos “para que empiecen a reducir su consumo de energía tanto como sea posible”, pues de este combustible dependen en gran medida tanto la industria del país como las calefacciones de 83 millones de habitantes.
Asimismo, dentro del Ministerio de Economía alemán se establecerá un grupo de trabajo especializado cuya función principal será la de supervisar las reservas de gas a diario, que en la actualidad se encuentran al 25 % de su capacidad según El Economista.
Si la crisis se agrava y el suministro fuera considerado insuficiente, el Gobierno alemán podría dar un paso más y proceder a la desconexión de la red de partes de la industria, “las empresas consideradas esenciales para la provisión de bienes y servicios básicos del país tendrían prioridad en caso de emergencia mayor, junto con los hogares”, según el Finantial Times.
Estas primeras reacciones en Europa responden al órdago que lanzó Putin la semana pasada exigiendo el pago del gas ruso en rublos “a los países hostiles” que han aislado al sistema financiero ruso tras la invasión a Ucrania entre los que se encuentran los Veintisiete de la UE (y que hasta ahora dependían del gas ruso aproximadamente en un 40 %).
En cuanto a España en particular, casi el 30 % del gas que se utiliza proviene de Argelia, seguido de EEUU y Nigeria.
Tras el anuncio de esta exigencia, se produjo una revalorización del rublo (que en estos momentos está por debajo de 100 rublos por euro). Además, este anuncio de Moscú y el de la recompra de bonos emitidos en dólares a cambio de rublos, también han disparado la cotización de gas y petróleo en los mercados internacionales.
La primera reacción del Gobierno alemán viene motivada porque considera la exigencia del pago en rublos “un incumplimiento del contrato”, algo con lo que han coincido de pleno los integrantes del G-7 en su última reunión.
Hasta ahora la UE había intentado evitar elevar la tensión tras las sanciones a las importaciones energéticas de Rusia, a diferencia de Estados Unidos o el Reino Unido, que no son tan dependientes de la energía rusa. A la luz de los últimos acontecimientos parece que la reducción de esta dependencia tendrá que acelerarse.
Muestra de ello es el compromiso firmado entre Washington y Bruselas para aumentar sus envíos de gas natural licuado (GNL) a la UE. Sin embargo, aunque el acuerdo busca contribuir al objetivo europeo de reducir en dos tercios la dependencia de gas ruso antes de que acabe el año (pasar de los más de 150.000 a 50.000 millones de metros cúbicos), por el momento no será suficiente para cortar definitivamente lazos con Rusia.
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