Siete furgonetas ideales para llevarte el pan calentito
Hoy, 16 de octubre, se celebra el Día del Pan. O al menos eso es lo que nos cuentan desde la cadena de panaderías Le Pain Quotidien, que tiene establecimientos en Madrid y Barcelona. Dicen que ofrecen degustaciones y una cata con explicación técnica y cosas de esas ahora, entre las seis y las nueve. Quien quiera y pueda asistir, ya lo sabe.
Y quien no, pues se puede pasear por esta recopilación de furgonetas que son ideales para llevar el pan calentito hasta el punto de venta. Lógicamente tienen que estar carrozadas de manera que sean compatibles con el transporte de alimentos perecederos, pero al cabo la composición es la misma.
Dacia Dokker Van
Si pensamos en el negocio de un autónomo que se gana el pan con el sudor de su frente, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de una furgoneta sencillita pensada para cumplir con su función. Es decir, lo que viene a ser el Dacia Dokker Van, que ya nos dejó claro cuando la probamos que es como el pan para el día a día: sin lujos ni artificios.
Peugeot Partner Electric
Una cuestión básica cuando uno se pone a repartir pan es considerar que buena parte de su turno trascurrirá cuando los gatos son pardos. Por este motivo, vale la pena considerar los sonidos de la noche sin los aderezos de un motor térmico. ¿La manera? Enchufarse al Peugeot Partner Electric, que como vimos cuando lo pusimos a prueba es silencioso como las levaduras cuando trabajan. Además su motorización alternativa no le hace perder espacio en la caja, un aspecto más que importante cuando hablamos de un género que se transporta por volumen, más que por su masa.
Nissan e-NV200
Dame pan y dime tonto, debieron de pensar en Nissan cuando trazaron la versión eléctrica de su furgón ambivalente algo más afurgonetado que el modelo de Peugeot. Con todo, el Nissan e-NV200 se reveló tan capaz como el que más cuando pusimos a prueba sus habilidades eléctricas mientras repartíamos flores. Y quien dice flores, dice grava de atrezzo o incluso pan. Más espacio que en el Partner Electric para albergar la carga si fuera necesario.
Fiat Ducato
Poco a poco hemos ido aumentando de tamaño, que aunque no sólo de pan vive el hombre, hay ocasiones en las que hay muchas barras que repartir. Para uno de esos usos, el Fiat Ducato (o Peugeot Boxer, o Citroën Jumper) puede hasta colmar nuestras expectativas si tenemos en cuenta el gran abanico de combinaciones con las que cuenta, entre motores, cajas y dimensiones. Que por ellos no quede, que como dice el refrán, en la casa donde no hay pan pocas cosas se dan.
Renault Master
Claro, que si hablamos de variantes y combinaciones el Renault Master gana por absoluta goleada. Con 350 versiones posibles, es lo más parecido a la versión furgonetera de una boutique del pan. Especialidades, las que se quieran, de manera que a quien no le convenza la oferta siempre se le puede decir eso de Dios le da pan al que no tiene dientes. Y, desde luego, con el nivel de carga que hemos logrado ya, podríamos alimentar a varios conventos si no fuera por aquello que se ha dicho siempre: Más alimenta el pan casero que el que vende el panadero. No, que es broma...
Mercedes-Benz MB 100
Ahora, una furgoneta de las de verdad, para hombres. Sin dirección asistida ni nada que se le pareciera, que para algo nacía en Vitoria, la Mercedes-Benz MB 100 puede no parecernos la mejor opción para llevar el pan calentito hasta la panadería que hay debajo de casa, pero hay por ahí quien la usaba a diario para esos menesteres y contra todo pronóstico sobrevivió para contarlo.
Tenía cuatro marchas porque no daba para más, pero eran lo suficientemente elásticas para garantizar un auténtico ritmo de furgoneta blanca™ en acción. Y es que ya se sabe: a falta de pan, buenas son tortas. Eso sí, hablando de tortas dicen que en seguridad pasiva no era de lo mejorcito, así que en la generación siguiente la reformularon como quien cambia de agua, harina, sal, levadura, complementos panarios, cámara de fermentación y horno. Vamos, que la dejaron irreconocible.
Pegaso SAVA J4
Por último, si hay una furgoneta para llevar el pan que no podemos perder de vista, esta es sin duda la SAVA J4 (Pegaso SAVA, en la década de 1980), un bichillo nacido en Valladolid que montó motor 1.5 de 40 CV primero, y un 1.8 de 50 CV en el grueso de la producción. Se pintó de amarillo huevo para su uso exclusivo por los frescos del barrio, pero precisamente cuando triunfó esa denominación la furgoneta que llevaban era... pues claro, ¡una furgoneta blanca! ¿De qué color, si no?
Las primeras SAVA que vimos por aquí tenían todavía la palanca del cambio de marchas a la inglesa por herencia de la Austin de la que derivaban: la 1ª y la 2ª a la derecha del punto muerto, y la 3ª y la 4ª, a la izquierda. Y sí, la puerta del conductor, que era corredera, era otro detalle de esos que nos llamaban la atención cada vez que íbamos a comprar el pan nuestro de cada día. Detalles todos ellos de toma pan y moja en esta recopilación tan suculenta y aromática como el pan recién hecho.
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