Prueba: Fiat Scudo Combi (parte 1)

Esta semana no toca compacto, sino algo más grande. No sólo los profesionales necesitan a veces un vehículo grande, a veces también los particulares no saben si cogerse un monovolumen o una furgoneta como esta. Nacida a raíz un acuerdo con PSA Peugeot-Citroën, la Scudo es una furgoneta muy interesante en muchos aspectos. Tengo que confesar que me quedé gratamente sorprendido con ella.

Además de su utilidad profesional, como vehículo para viajar es más cómodo que multitud de turismos, y no fueron precisamente pocos kilómetros… Conozcámosla:

Exterior

La Scudo se ofrece en varias combinaciones de carrocería, para adaptarse a distintas necesidades. Posee dos batallas (3 y 3,12 m), dos longitudes exteriores (4,80 y 5,13m), dos longitudes útiles (2,25 y 2,58m), dos alturas, etc. El modelo en cuestión es una Scudo Combi (vehículo mixto) de batalla larga, con puertas traseras de doble hoja.

Pese a lo aparatosa que puede parecer, la Scudo puede colarse por aparcamientos de varias plantas (comprobado con y sin carga) fácilmente, son 2,28 metros y con las suspensiones neumáticas 2,20 metros. La anchura oscila entre 1,90 y 2,19 metros; para hacernos una idea, un Audi A8 mide 1,9 metros de ancho. Dentro de lo que cabe, sus dimensiones exteriores son contenidas para lo que aparenta.

El paragolpes es negro en esta unidad, pero en algunas versiones puede ir pintado en el mismo color de la carrocería e incluso llevar faros antiniebla. La zona acristalada es enorme y consigue una gran sensación de luminosidad interior, sin olvidar lo más importante: una adecuada visión del tráfico. Los retrovisores exteriores son dobles, con espejo normal y “gran angular”, y me parecen mejores que los de la Fiat Dobló. Pueden plegarse fácilmente a mano, aunque el ajuste es eléctrico en ambos casos.

Los neumáticos tienen medidas 215/60 R16, en este caso unos Michelin, con embellecedores tipo años 70 o llantas de aleación opcionales. Del desgaste y agarre nada que objetar, pero en el habitáculo se nota el sonido de rodadura de forma parecida a un coche con aislamiento regular. Seguramente es más debido al aislamiento del habitáculo que a los neumáticos. No conozco sus reacciones sobre suelo mojado.

Sólo hay una puerta lateral, en el lado derecho. Es como la de la Fiat Dobló, requiere un empujoncito para abrirse. Tiene la ventaja de que en un aparcamiento estrecho es más fácil salir, y la anchura que tiene abierta es de 92 centímetros. Con el cierre infantil se puede evitar su apertura desde dentro.

Las puertas traseras pueden ser de 2 hojas, paneladas o acristaladas. Respecto a las de doble hoja, se manipulan con facilidad por su ligero peso, aunque no se abren desde dentro. Tienen la ventaja de que no comprometen la apertura del espacio de carga dentro de un aparcamiento al no haber altura adicional, pero hay que dejar más hueco aparcando.

Interior

La Scudo para transporte de personas tiene 3 variantes. La más básica es la Combi Standard (como la que vemos en las fotos), de 5-6 plazas y las Panorama, de hasta 9 plazas, en nivel familiar y ejecutivo, con más calidad de acabados. La versión básica está pensada fundamentalmente para viajes cortos, ya que los pasajeros se acomodan bien, pero no hay climatización en las plazas traseras. En verano tienen que abrir la ventanilla lateral, aun con el A/C a máxima potencia.

Además, carecen de reposabrazos, posavasos o cualquier portaobjetos imaginable. Al menos, cuentan con butacas más cómodas de lo normal, considerando el segmento que tratamos, con reposacabezas ajustables y cinturones de 3 puntos. El asiento lateral derecho es independiente de los otros, a efectos de plegado.

Ambas butacas se reclinan, se abaten, pueden desmontarse y retirarse. La sujección lateral es suficiente considerando que el uso que se le da a un vehículo mixto, como nunca vamos a correr en zona de curvas…

La versión de 5 plazas tiene 2 butacas independientes delante. La Scudo Combi analizada es de 6 plazas, con banqueta biplaza y la del conductor. Tres adultos pueden ir apretados en función de la anchura del que se sienta en el centro. Desde luego, el pasajero central tiene el espacio justo para sus piernas, no puede ser muy alto (1,70 o menos es lo suyo).

Si no se usa esta plaza, hay una mesilla central desplegable con 2 portabebidas (que no sujetan mucho), no es tan molesta plegada como en la mayoría de turismos con este ingenio en las plazas traseras. En resumen, es mejor que un turismo genérico en ese aspecto.

El asiento del conductor se regula independientemente, con ajuste longitudinal, del respaldo y en altura. El volante se regula en altura y profundidad (40 mm), lo cual es todo un puntazo para ir más cómodo conduciendo. No es como un turismo, pero se asemeja mucho a conducir un monovolumen grande.

Con mi estatura (1,72) iba un poco corto de espacio para las piernas con el volante lo más separado posible. La butaca es lo suficientemente cómoda para hacer viajes muy largos (siempre respetando los descansos). Una pega: el suelo puede deslizar a nada que tengamos algo en las suelas, como agua o restos de tierra. Ojito con eso.

El conductor dispone de portaobjetos en la puerta, bajo el volante, un receptáculo para móvil/paquete de tabaco a su izquierda, bajo la radio-CD (fondo de goma) y en el techo, que tiene un compartimento cerrado a cada lado y uno central descubierto, del que es difícil que se caiga algo por que hay un borde de plástico que hace de tope.

El copiloto se beneficia de la guantera (abierta tiene 2 posavasos, iluminada y climatizada), hueco sobre la guantera para objetos medianos, una red bajo su asiento, los citados de techo, el lateral de teléfono móvil y los de puerta. En los huecos de puerta cabe perfectamente una botella de litro y medio para calmar la sed.

El puesto de conducción me gustó más que el de la Dobló, con más espacio y todo lo necesario a mano. Las palancas y mandos tienen mejor calidad y el tacto del volante no es de plástico cutre, tiene un buen tacto. Con los mandos integrados en el volante no hace falta moverse para tocar la radio-CD, el Bluetooth nos libra de estar temerosos del teléfono (sobre todo los profesionales) y el climatizador está muy bien situado. Quedan a mano una toma de 12V y el cenicero para quien puede permitirse el lujo de fumar en el puesto de trabajo.

Para ser un vehículo industrial y de carácter básico, los materiales me parecieron adecuados. Los ajustes son buenos y parecen robustos con el paso del tiempo. No tiene el clásico diseño feo que abunda en este tipo de vehículos, incluso se puede decir que es atractivo.

La tela de los asientos es agradable e incorpora protección para evitar el efecto submarino en caso de frenazo. De las medidas de seguridad ya hablaré más adelante. En niveles de equipamiento superior, puede haber 2 posavasos escamoteables, bajo los aireadores laterales. Por cierto, el sistema de altavoces de serie opcional suena de maravilla.

El confort, cuestión de temperatura aparte, es bueno para todos los ocupantes. El ruido aerodinámico es menor del esperado a 110 Km/h (por Ley son 100 km/h máx.), el motor es silencioso para ser un diesel y las vibraciones son testimoniales. La mayoría de la sonoridad viene de los neumáticos, pero sigue estando dentro del umbral de lo aceptable. Los pasajeros que transporté hablaron bien de la Scudo, esperaban algo más rudo e incómodo. Quitando la pega del calor…

Y ahora, el espacio de carga, que es de lo más importante. Oscila entre los 5 y los 7 m3 en las versiones Cargo, mientras que la capacidad varía de 1.000 a 1.200 kg. En la Scudo Combi, no hay lugar a la queja, podemos cargar entre 800 y 1.200 Kg dependiendo de la versión.

Hablando de litros, son un máximo de 1.240, como un station wagon o familiar con los asientos traseros abatidos, y lógicamente se carga mucho mejor. La altura útil es de 1,32 metros suficientes para una discoteca infantil y la anchura máxima son 1,6 metros. Seis adultos con abundante equipaje y bártulos poco habituales (como neveras portátiles, ordenadores, baúles) entran de sobra. Las protecciones de plástico no dejan bordes metálicos cortantes a la vista.

Eso sí, es criticable la poca adherencia que ofrece el suelo (en todo el habitáculo). Cuando se trata de llevar poca carga, hay que recurrir al ingenio, como redes o elementos similares. Echo de menos alguna solución de serie para paliar eso, solo cuenta con 6 argollas para facilitar anclajes.

Mañana conoceremos sus detalles dinámicos con el motor 2.0 Multijet de 120 CV como protagonista. Próximamente en Furgopasión.

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