Ferrari volvió a ser, por tercera carrera consecutiva, el gran fracaso del Gran Premio de China de Fórmula 1. Los de Maranello llegaban a Shanghái con la vitola de favoritos tras su buen ritmo de carrera en Baréin y se vuelven a ir con un doblete de Mercedes y un mísero podio para Sebastian Vettel.
Y ni siquiera ese es el mayor de sus problemas. Los italianos recurrieron, por tercera carrera consecutiva, a las órdenes de equipo para frenar a Leclerc en beneficio de Vettel. Los de Maranello destrozaron por completo la carrera del monegasco para permitir que su piloto más reputado, y de momento más lento, se subiese al cajón. La guerra interna parece a punto de explotar.
La estrategia de Ferrari inmoló a Leclerc
Y es que la gestión que Ferrari está haciendo de sus pilotos comienza a ser incomprensible para gran parte de los tiffosi. No entienden como es posible que en las tres primeras carreras del año se haya frenado al piloto más rápido para preservar el statu quo del equipo mientras Mercedes sigue cosechando dobletes.
Recordemos que en Australia el equipo ordenó a Leclerc mantenerse detrás de Vettel cuando ambos luchaban por la cuarta posición, y el monegasco le venía recortando casi un segundo por vuelta. Ferrari frenó a Leclerc y ni tan siquiera le permitió hacer una parada extra que le permitiese hacer la vuelta rápida.
En Baréin, Leclerc logró la pole, pero por una mala salida perdió la posición con Vettel y los Mercedes. En una reacción de campéon, el joven piloto de Ferrari se quitó a Hamilton y Bottas rápidamente y se pegó al alerón trasero de su compañero. De nuevo el equipo le ordenó quedarse detrás, pero esta vez Leclerc desobedeció: adelantó a Vettel y se escapó en una cabalgada en solitario interrumpida por el motor.
La tercera ha llegado este fin de semana, en Shanghái, en la carrera 1.000 de la historia de la Fórmula 1. Aunque Vettel clasificó unas milésimas por delante de Leclerc, el monegasco le robó la cartera en la salida. Tras unas vueltas en las que Vettel no parecía ir más rápido, ni más lento, que su compañero llegó la amenaza del equipo, que pidió a Leclerc subir el ritmo.
El monegasco acató, dejó a Vettel una décimas atrás, pero tan solo medio minuto después llegó la orden "deja pasar a Vettel". Leclerc no lo entendía "pero si me estoy marchando de él", exclamaba por la radio. Sin embargo el recién llegado aceptó y dejó pasar a su compañero: nada cambió. Los Mercedes se siguieron escapando y los Ferrari rodaban en dúo.
Para colmo de males, los segundos perdidos en el cambio de posición permitieron acercarse a Max Verstappen. Cuando Red Bull decidió atacar haciendo parar al holandés en Ferrari lo tuvieron claro: sacrificaron por completo la carrera de Leclerc para salvar la de Sebastian Vettel. El resultado fue la caída de su segundo piloto a la quinta plaza, de la que ya no podría salir en toda la carrera.
Leclerc admitía después de la carrera que "desde el coche ha sido muy frustrante" y lanzaba una advertencia clara "en el futuro veremos quién es el líder del equipo. Hoy ha sido una carrera decepcionante. Espero que las próximas carreras sean mucho mejores para mí". Leclerc sabe que está ganando mucho en estas primeras carreras.
Desde Italia ya hay quien clama contra las decisiones de Mattia Binotto desde el muro. En Corriere della Sera pedían que "se le quite el brazalete de capitán a Vettel y se lo den a Leclerc", de quien destacan que es "el favorito y el hombre del futuro". Además, apuntaban a que estas decisiones podrían ir únicamente destinadas a subir la moral de Vettel, que se está viendo superado por Leclerc.
Por su parte Sebastian Vettel veía con más normalidad lo ocurrido y contaba que "ha sido un poco duro. Creo que es justo si ves toda la carrera, no éramos capaces de alcanzar a los Mercedes". El alemán consiguió en China su primer podio de la temporada pero se encuentra ya a 31 puntos de Lewis Hamilton, que comienza a escaparse en la cabeza del mundial.
De momento Ferrari está respetando los galones de su campeón, pero la presión comienza a ser alta para que cambien las tornas. Recordemos que el gran palmarés de Sebastian Vettel se nutre casi en su totalidad de su etapa en Red Bull, mientras que en Ferrari algunos le echan en cara que no ha dado lo suficiente para luchar contra Hamilton y Mercedes.
La gestión de la vuelta rápida, nula
El conservadurismo de Ferrari también se hace extensivo a la lucha por el punto de la vuelta rápida. En China la tenía Sebastian Vettel, pero en la última vuelta Red Bull decidió parar a Pierre Gasly para arrebatársela. Lo hizo y, de nuevo, Ferrari se quedó sin el punto. Lo sangrante es que Charles Leclerc tenía un hueco detrás lo suficientemente amplio como para haber parado, pero Ferrari se quedó inmóvil, esperando que nadie más pujase por el punto y se lo adjudicase Sebastian Vettel.
Es la segunda vez en tres carreras que Ferrari desprecia el punto de la vuelta rápida, y las dos veces lo ha hecho con Leclerc. En Australia el monegasco también tenía hueco suficiente para hacer la vuelta rápida, pero en lugar de eso Ferrari decidió mantenerlo en pista, retenido por Sebastian Vettel, para regalarle el punto a Valtteri Bottas y Mercedes.
